Una lucha monopólica

FT MERCADOS

El aumento de los costos y las restricciones ambientales exigen cambios en los aeropuertos.

Operaciones en Aeropuertos.
Peggy Hollinger
Ciudad de México /

A nadie le gustan los aeropuertos. Los pasajeros se quejan de las esperas para registrase. Las aerolíneas los odian porque tienen que pagar las pistas, las terminales y los servicios en tierra mediante cargos que imponen los aeropuertos que son, la mayoría de las veces, monopolios. Y ahora, los inversionistas en aeropuertos se sienten agraviados porque sus inversiones no son tan estables y de bajo riesgo como parecían hace unos años. 

El estado de ánimo era bastante desalentador. El gobierno holandés impuso el primer límite al número de vuelos en un aeropuerto por motivos ambientales. Y cualquier día de estos, podría estallar una disputa entre el aeropuerto británico de Heathrow y las aerolíneas, ya que la Autoridad de Aviación Civil se prepara para publicar su decisión final sobre el nivel de los cargos que puede imponer el aeropuerto. El regulador propone que se reduzcan en cinco años, hasta 2026. 

Pero, ¿y si hubiera otra manera? ¿Una que haga recaer sobre los aeropuertos y las aerolíneas la carga de negociar las inversiones necesarias y los costos

Australia lo hizo al poner fin a los topes de precios para permitir que los cargos se determinen mediante contratos negociados comercialmente. Los reguladores solo intervienen si no se puede llegar a un acuerdo o si un aeropuerto abusa de su posición en el mercado. 

Las aerolíneas odian la idea. Andrew Charlton, de la consultora Aviation Advocacy, sostiene que la regulación de precios no es la respuesta a los abusos. 

Eso es exactamente lo que ocurrió en Australia. Este año, un tribunal consideró que el aeropuerto de Perth “probablemente ejerció un poder de mercado sustancial en la negociación de los cargos aeronáuticos en 2018”. Es posible que en Australia no estén todas las respuestas. 

Pero los inversores deben saber que los días de la inversión estable y segura ya quedaron atrás. Incluso antes de la pandemia, el crecimiento mundial del tráfico aéreo se estaba desacelerando. Ahora las preocupaciones ambientales plantean serias dudas sobre los aeropuertos. 

Tal vez la industria podría hacer más para utilizar la capacidad existente, como reducir los retrasos para liberar más los slots de despegue y aterrizaje. ¿No es eso una razón para amar no solo un aeropuerto, sino toda la experiencia del viaje?.


srgs

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