Christian Sewing, el director ejecutivo de Deutsche Bank, abandonó su oposición a explorar una fusión multimillonaria con su rival alemán Commerzbank, después de que las tasas de interés persistentemente bajas y la presión de los inversionistas sobre su desalentador desempeño lo obligaron a considerar otras opciones.
“Aún preferimos nuestro plan A y nos encantaría hacer nuestra propia tarea, y ver nuestras opciones estratégicas después”, dijo una persona familiarizada con las discusiones internas, y agregó que a los ejecutivos les preocupa que “algunas partes interesadas” estén desarrollando deliberadamente presión para obligar a la dirección a actuar en este momento.
Cerberus, grupo estadunidense de capital privado, que es uno de los mayores inversionistas tanto de Deutsche Bank como de Commerzbank, presiona de forma activa para una asociación que el Ministerio de Finanzas alemán agradecería como una forma de crear un campeón nacional en la banca.
El presidente del Deutsche, Paul Achleitner, también es un partidario de una fusión que crearía el segundo banco más grande de la zona euro.
Pega política del banco central
La decisión de la semana pasada por parte del Banco Central Europeo de retrasar todavía más la posibilidad de un alza de las tasas de interés aumentaron la presión sobre los bancos crónicamente no rentables de Alemania, ya que las tasas de interés negativas reducen sus márgenes centrales de préstamos.