Las métricas ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés), que se han convertido en una característica familiar en el mundo de los bonos, están causando buena impresión en los rincones cada vez más esotéricos de los mercados de deuda.
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Con la demanda que proviene de grandes fondos de pensiones y otros inversores ansiosos por nuevas formas de mitigar el riesgo, los criterios ESG se están propagando. El último es el mercado de las obligaciones de préstamos con garantía (conocidos como CLO) de Estados Unidos, vehículos de inversión que contienen paquetes de préstamos apalancados.
Los gerentes de CLO están tratando a las ESG como una prioridad cada vez más alta, dijo Kevin Kendra, jefe de crédito estructurado de EU de la agencia calificadora Fitch. Pero hasta ahora, los esfuerzos se han limitado a “prohibir inversiones y compañías con atributos ESG específicos y con una definición estricta”, dijo.
“En ausencia de un marco sólido para medir el riesgo ESG relacionado con los emisores de préstamos apalancados, los enfoques de los gerentes de CLO hasta ahora han sido bastante fragmentados”.
Por primera vez para el mercado estadunidense, dos CLO cerraron el mes pasado que incluían restricciones explícitas de inversión ESG, dijo Moody’s, la agencia de calificación crediticia. Estos vehículos, que en conjunto se usarán para comprar alrededor de mil millones de dólares de préstamos apalancados, prohíben la deuda emitida por compañías que fabrican o comercializan minas terrestres, armas químicas y carbón térmico. Uno de los valores, producido por Partners Group de Suiza, también excluye los préstamos otorgados a empresas de la industria del tabaco.
Otra CLO, que cerró en julio, atrajo 124 millones de dólares de Overseas Private Investment Corporation, la agencia de desarrollo financiero del gobierno de EU. Dirigido a préstamos otorgados a microempresas en los mercados emergentes, el CLO fue el primero de Opic con la responsabilidad del grupo enfocada a la sustentabilidad de Zurich y su primer objetivo fue mejorar la inclusión financiera. Proporcionará capital a cerca de 5.6 millones de solicitantes de préstamos de microfinanzas, de los cuales 81 por ciento son mujeres.
Los bonos verdes registraron una emisión récord de 66 mil 600 millones de dólares en el segundo trimestre de este año, de acuerdo con Moody's, y alrededor de 117 mil millones de dólares en el primer semestre. Los analistas del mercado dijeron que los productos estructurados de ESG son una extensión natural de la popularidad de los bonos verdes.
Atlantica Yield y activos renovables
Atlantica Yield, inversor de electricidad renovable con sede en Londres, firmó en junio su primera línea de garantía financiera vinculada a los ESG por un valor de aproximadamente 39 mdd. La tasa de interés de la garantía estará vinculada al rendimiento de los ESG, según lo evalúe el consultor externo Sustainalytics, y los fondos solo se van a utilizar para activos renovables.
La garantía, que se firmó con el banco holandés ING, le costará a Atlantica menos de 2 por ciento, pero podría aumentar o disminuir anualmente de acuerdo con las calificaciones de ESG, dijo Francisco Martínez-Davis, director financiero de Atlantica.
“Observamos un nivel significativo de interés en ese tipo de estructuras de financiamiento vinculadas a los ESG, de ahí el bajo costo”, escribieron analistas de Bank of America en una nota del 9 de agosto sobre Atlantica.
La tasa varía según la calificación
En mayo, el grupo español de telecomunicaciones MásMóvil Ibercom se convirtió en la primera compañía en emitir un préstamo apalancado que incorporó criterios ESG en su documentación, de acuerdo con la calificadora Moody’s.
MRA