El lunes la Corte Suprema de EU abrió el camino para una histórica demanda antimonopolio que presentaron propietarios del iPhone que argumentaron que es anticompetitivo el “jardín amurallado” de Apple para las aplicaciones.
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En una decisión de 5-4 de autoría del juez Brett Kavanaugh, el tribunal dijo que los clientes podrían demandar a Apple por 30 por ciento de la comisión que cobra a los desarrolladores que quieren vender aplicaciones a través de su App Store.
La decisión puede tener consecuencias de gran alcance para Apple, que prohíbe a los clientes comprar apps fuera de su Store, y para otras firmas que operan en los mercados en línea.
Las acciones de Apple bajaron más de 5 por ciento en las operaciones de mediodía en Nueva York en medio de una debilidad más general en el mercado a causa de la intensificación de la guerra comercial con China. Apple no respondió de inmediato una solicitud de comentarios sobre la decisión de la Corte Suprema.
Kavanaugh, conservador acérrimo y quien fue nombrado para el tribunal por Donald Trump, se unió a los liberales en la Corte para entregar lo que él llamó una decisión “sin complicaciones” basada en la relación directa de Apple con sus clientes.
“Los propietarios del iPhone compran aplicaciones directo del minorista Apple, que es el presunto infractor antimonopolio. Los propietarios del iPhone pagan el presunto pago excesivo directo a Apple. La ausencia de un intermediario es determinante”, escribió en la opinión de la mayoría del tribunal.
La pregunta que se presentó ante el tribunal fue si los propietarios del iPhone podrían reclamar daños y perjuicios por la supuesta inflación de precios que provoca una comisión de 30 por ciento, a pesar de que la cuota se aplica a los desarrolladores, más que directamente a los consumidores.
El caso comenzó como una demanda colectiva que se presentó en 2011. Los demandantes, encabezados por Robert Pepper, argumentaron que Apple monopolizó ilegalmente la venta de aplicaciones para el iPhone al exigir que los clientes que usen su App Store.
Un tribunal de distrito en California desechó la demanda, pero esa decisión la revocó posteriormente el tribunal de apelaciones del Noveno Circuito.
En 2017, Apple presentó una apelación ante la Corte Suprema, solicitando que bloqueara la demanda sobre la base de un precedente de 1977 que se estableció en un caso de nombre Illinois Brick, en el que se dijo que solo los compradores directos de un producto podrían solicitar daños triplicados por precios inflados bajo la ley federal antimonopolio.
La compañía argumentó que el precedente significaba que, en este caso, los demandantes solamente deberían poder demandar a los desarrolladores, quienes son los que establecen el precio de sus aplicaciones individuales, en lugar de a la misma Apple.
Kavanaugh dijo que los argumentos de Apple “no fueron persuasivos económica ni legalmente”.
Escribió: “La teoría de Apple proporcionaría una hoja de ruta para que los minoristas monopólicos estructuren las transacciones con los fabricantes o proveedores a fin de evadir las demandas antimonopolio de los consumidores y, por lo tanto, impedir una aplicación efectiva de la ley antimonopolio”.
Los otros conservadores en la corte se opusieron a la opinión de Kavanaugh, lo que lo puso en oposición directa al juez Neil Gorsuch, otro de los jueces que nombró Trump.
Los dos hombres tienen una reputación de “conocer la forma de rodear la ley antimonopolio”, de acuerdo con un socio antimonopolio en DC, pero mostraron puntos de vista totalmente diferentes sobre el caso.
“La demanda que tenemos ante nosotros depende del tipo de teoría de transmisión que prohíbe Illinois Brick”, escribió Gorsuch, autor de la opinión discrepante. Añadió: “Si la comisión es de hecho un cobro excesivo monopólico, los desarrolladores son las partes que directamente resultan perjudicadas”.
La decisión de la Corte Suprema se produce cuando las autoridades antimonopolio de EU y Europa observan más de cerca a las empresas de tecnología, en particular la cuestión de cómo la ley de competencia debe lidiar con las plataformas que actúan como intermediarios entre los consumidores y los proveedores.
En un caso separado el año pasado, la Corte Suprema falló a favor de American Express cuando argumentó que el gobierno debería tener que probar que cualquier daño a los comerciantes debido a las restricciones que impone la compañía de tarjetas de crédito no se compensaban por los beneficios para los consumidores.
El caso de Apple, aunque ahora tiene casi una década, aún se encuentra en sus primeras etapas y todavía no se litiga sobre los méritos de si Apple de hecho rompió alguna norma antimonopolio en su App Store.
Mark Rifkin, un abogado de los demandantes, dijo que están “satisfechos” por la decisión y que estaban ansiosos por continuar con la demanda una vez que regrese al tribunal de distrito, algo que según él puede tardar un mes o dos.
“Comenzaremos a conducir el descubrimiento y seguiremos adelante con los méritos del caso para tomar una decisión que, con suerte, algún día compensará a los compradores de aplicaciones de iPhone por el cargo en exceso que pagan”, dijo.
MRA