Familia británica va por la vía legal contra Boeing

FINANCIAL TIMES

Avionazo de Ethiopian. Deudos de una de las víctimas reclaman “una serie de fallas graves” del fabricante del 737.

Los aviones de la aerolínea africana se mantienen en tierra. Lindsey Wasson/reuters
Sylvia Pfeifer
Londres /

La familia de una mujer británica que murió en el accidente de Ethiopian Airlines en mayo emprende medidas legales contra Boeing, reclamando “una serie de fallas graves” por parte del fabricante estadunidense de aeronaves.

La familia de Joanna Toole, una trabajadora de la ONU, comenzó una acción legal en un tribunal federal en Chicago. La familia dice que es el primer caso que se presenta en nombre de un pasajero británico en relación con los dos accidentes del avión 737 Max de Boeing.

Toole, de 36 años, era uno de los siete pasajeros británicos a bordo del vuelo 302 cuando se estrelló en Etiopía el 10 de marzo, accidente en el que murieron los 157 pasajeros y la tripulación.

Boeing ya se enfrenta a una serie de demandas por parte de las familiares de las víctimas en relación con el accidente, así como de un accidente anterior en Indonesia en el que en conjunto murieron 346 personas.

Otra víctima del accidente del vuelo de Ethiopian Airlines fue la nieta de Ralph Nader, el activista defensor del consumidor, quien también presentó una demanda contra Boeing. El Max se mantiene en tierra en todo el mundo desde marzo y no hay un calendario firme para que regrese a dar servicio.

La nueva demanda, que encabeza la firma de abogados Irwin Mitchell, incluye a Rosemount Aerospace, una filial de United Technologies, que fabricó los sensores defectuosos de ángulo de ataque que estuvieron involucrados en los dos accidentes.

Aunque las investigaciones oficiales sobre los dos accidentes siguen en curso, se cree que en los dos casos un sensor defectuoso provocó que se activara el sistema antibloqueo MCAS.

El sistema se diseñó para inclinar automáticamente la nariz del avión hacia abajo cuando detecta que un bloqueo es inminente.

Clive Garner, socio de Irwin Mitchell, dijo que las acusaciones contra Boeing incluyen críticas a la decisión de la compañía de adaptar motores nuevos y más grandes al fuselaje 737 existente, lo que alteró las características de manejo de la aeronave y al final condujo a la introducción del MCAS.

Garner dijo que la demanda también incluye a Rosemount como acusado ya que fabricaba los sensores de ángulo de ataque de los cuales “al menos uno parece que estaba defectuoso”.

“El sensor envió información inexacta al sistema MCAS, que en repetidas ocasiones inclinó la nariz del avión hacia abajo, anulando las acciones de los pilotos que en varias ocasiones trataron de ganar altitud para evitar que la aeronave golpeara el suelo”, dijo.

Boeing no quiso hacer comentarios directamente sobre la demanda, pero dijo que extendió sus “más profundas condolencias a las familias y seres queridos de todas las personas a bordo del Vuelo 302 de Ethiopian Airlines y el Vuelo 610 de Lion Air”. Agregó que coopera plenamente con las autoridades que llevan a cabo la investigación.

United Technologies no quiso hacer comentarios.

Boeing trabaja en una actualización de software para el MCAS, pero aún tiene que presentarla a la agencia de seguridad de la aviación de EU, La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).

Tanto Boeing como la FAA son objeto de escrutinio por el papel que desempeñaron en la certificación del Max.

El director ejecutivo de

Boeing

,

Dennis Muilenburg

, dijo en abril que la compañía “siguió exactamente los pasos de nuestros procesos de diseño y certificación que producen constantemente aviones seguros”.

También anteriormente declaró que la ausencia de una alerta en la cabina diseñada para informar a los pilotos que uno de los sensores no funcionaba no tuvo un impacto adverso en la seguridad del avión.

El avión de Ethiopian Airlines no estaba equipado con uno de estos sensores. Desde entonces Boeing dijo que se instalará una alerta de desacuerdo de ángulo de ataque en todas las aeronaves 737 Max antes de que regresen al servicio.

Toole viajaba a la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi, Kenia, cuando ocurrió el accidente. Su padre, Adrian, dijo que tras el accidente la familia “quedó perpleja al enterarse de los aparentes problemas técnicos con el avión, que era un avión nuevo y supuestamente de última generación”.

MRA​

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