Joseph Safra de Brasil era el banquero más rico del mundo cuando murió a principios de este mes. Nacido en Líbano, Safra construyó un imperio de 23 mil millones de dólares desde su ciudad adoptiva de Sao Paulo, el centro comercial de un continente que ofrece abundantes ganancias en los servicios financieros. El multimillonario presidente de Chile, Sebastián Piñera, fue otra persona a la que le fue bien; encontró el oro después de fundar una compañía de tarjetas de crédito en la década de 1970.
América Latina es la región más rentable del mundo para los bancos después de África, de acuerdo con un análisis reciente de los datos del FMI que realizó Celag, el grupo de expertos con tendencia de izquierda. El rendimiento de los activos de los bancos en la región entre 2010 y 2018 registraron un promedio ligeramente por encima de 2.1 por ciento, dijo, tres veces el rendimiento en EU y más del doble que el de Europa.
El subdirector de Celag, Guillermo Oglietti, atribuye esto a lo que él llama la naturaleza “monopolista” del capital en AL. Señala a Argentina, constantemente una de las economías con peor desempeño de la región, pero hogar de algunos de sus bancos más rentables. Su rendimiento sobre los activos llegaron ascendieron a un jugoso 5.4 por ciento en 2019, de acuerdo con la investigación de JPMorgan.
Pero ahora hay indicios de que es probable que estos días ya pasaron a medida que los contendientes de fintech se multiplican y el sector bancario se enfrenta a las consecuencias del covid-19. La pandemia golpeó a AL más fuerte en términos económicos y de salud en comparación con casi cualquier otra región del mundo. Inevitablemente, habrá un impacto en las carteras de préstamos.
Los bancos de la región se beneficiaron de una ronda de consolidaciones que tuvo que ocurrir debido a las crisis económicas de las décadas de 1980 y 1990. Esto dejó al sector muy concentrado desde principios de siglo, formando lo que Joerg Friedemann, analista de bancos de AL de Citi, califica delicadamente como “una esfera de influencia muy importante en términos de precio”.
Las altas tasas de interés real, otro legado de la inflación en las décadas de 1980 y 1990, persistieron ya muy entrada la década de los 2000 en la región, gracias a los bancos centrales conservadores. Este entorno hizo que fuera lucrativo para los bancos de AL aceptar depósitos e invertirlos en bonos de gobierno que pagan más. Para los bancos brasileños, fue el “mejor arbitraje de todos los tiempos”, dice Friedemann.
Ahora, las tasas de interés en toda la región siguieron a las del resto del mundo cayendo a mínimos históricos. La tasa de referencia Selic de Brasil se encuentra en 2 por ciento, mientras que las de Chile, Perú y Colombia son aún más bajas.
Como siempre, Argentina se mantiene como un caso atípico. Su inflación desenfrenada llevó a una tasa de interés de referencia de 38 por ciento, pero también hace que los rendimientos de más de 40 por ciento del capital propio de los bancos del país se vean menos impresionantes en términos reales.
Por último, la competencia limitada en el sector de la banca permitió algunas ganancias fáciles que tal vez no sean sostenibles. Las cuentas corrientes fueron una fuente de grandes utilidades en algunos mercados latinoamericanos. Domingos Falavina de JPMorgan estima que las comisiones de esa cuentas, normalmente de alrededor de entre 10 a 15 dólares por mes, todavía tiene un valor de entre 6 mil y 7 mil millones de dólares al año para los bancos de Brasil. Los bancos en Brasil también cobran altas tasas en los préstamos para clientes minoristas y empresariales en comparación con los estándares europeos y estadunidenses.
Pero una gran cantidad de contendientes de fintech como Nubank, el unicornio de la banca de internet de Brasil, buscan con ansia las utilidades de la banca minorista de la región, alentados por un banco central reformista que quiere fomentar la innovación y la competencia.
Los bancos tradicionales de AL también dejaron sin servicios bancarios a una gran proporción de la población, con lo que se creó un mercado al que ahora se dirigen los grupos de fintech. Alrededor de una cuarta parte de los 4 mil millones de dólares de capital de riesgo en AL en 2019 se invirtió en compañías fintech, de acuerdo con The Banker.
Celia Vanzetti-Hutchings de Moody’s cree que las tasas de interés más bajas y el aumento de la competencia de las fintech reducirán la rentabilidad general de los bancos de AL, pero agrega: “Nunca veremos niveles tan bajos como los de Europa o EU”.
Conor McEnroy, banquero irlandes que compró una participación mayoritaria de Sudameris, un banco paraguayo, en 2004 y que desde entonces obtiene grandes utilidades, cree que es muy bueno. “La pregunta no es por qué Sudamérica es tan rentable”, dijo, sino “¿qué está mal con el sistema bancario en Europa y EU?”.
Al alza, las bolsas latinoamericanas
La mayoría de mercados de América Latina cerraron ayer con ganancias, por el apetito de los inversores por activos de riesgo tras la aprobación del plan de estímulos en Estados Unidos, que aún puede aumentar. Los activos emergentes también se favorecieron por el repunte de los precios del crudo, un importante generador de divisas de la región.
Los pagos de alivio elevan el petróleo
El aumento de los precios del crudo se debió a una expansión de los pagos de alivio por el coronavirus en Estados Unidos, que animaba la expectativa de demanda de combustible y de un estímulo al crecimiento económico. La exigencia del presidente Donald Trump de que se extiendan checks de ayuda por 2 mil dólares a las personas para hacer frente al coronavirus pasó ayer al Senado.