La compra que realizó Bain Capital por Toshiba Memory por 18 mil millones de dólares —uno de los acuerdos en el extranjero más grandes que realiza una firma de capital privado estadunidense— corre el riesgo de que la descarrile la disputa comercial de Donald Trump con China, dijeron personas cercanas a la situación.
Banqueros y abogados familiarizados con la situación señalaron que el anuncio que hizo Trump el 22 de marzo de 60 mil mdd en nuevos aranceles sobre importaciones chinas representó un “momento terrible” para Bain, la firma de capital privado con sede en EU, que el año pasado encabezó un consorcio para comprar la muy rentable unidad de semiconductores de Toshiba, el segundo mayor productor del mundo de chips de memorias flash Nand.
Un asesor del trato expresó su preocupación de que el acuerdo se pueda convertir en un “daño colateral” en la disputa comercial entre EU y China.
La adquisición recibió la aprobación de todos los reguladores relevantes, excepto la del Ministerio de Comercio de China (Mofcom), cuyas preocupaciones al parecer se centran en la participación del fabricante de chips de Corea del Sur SK Hynix en el consorcio que encabeza Bain.
A mediados de marzo, dijeron personas que participaron en el acuerdo, Bain y Toshiba recibieron señales firmes de que se daría la aprobación la semana que comenzó el 26 de marzo.
Pero el anuncio de Trump, en el que se quejó del déficit comercial “fuera de control” que tiene EU con China, llevó a Mofcom a suspender el proceso de aprobación, mientras que Pekín consideraba la respuesta que daría a los asuntos comerciales.
Inicialmente, Bain entendió que la escalada de la retórica de la guerra comercial entre Estados Unidos y China solamente demoraría brevemente la aprobación de su acuerdo basado en Japón, dijeron personas cercanas a la situación, pero que desde entonces esto resultó ser optimista. Bain aún cree que la aprobación es inminente.
Pero quedó claro, dijo un banquero, que el tratamiento que se le da al acuerdo de Bain en Japón es como parte de la interrupción más general por parte de China en la toma de decisiones en asuntos que se relacionan con Estados Unidos, mientras el ruido constante de la guerra comercial sigue sonando.
El futuro del acuerdo de Bain, cuyo plazo final original para llegar a su conclusión venció el 30 de marzo, pero que se extendió a la espera de la aprobación del regulador antimonopolio de China, ahora podría depender de una visita planeada a Pekín del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin.
Gente cercana a la situación dijo que se le pidió a Mnuchin que presente el asunto durante las conversaciones propuestas con las autoridades chinas con las que se busca amortiguar los riesgos de una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
Aunque Toshiba todavía está comprometida públicamente con el acuerdo con Bain —y está bajo la presión de algunos de sus bancos más grandes para permanecer así—, las personas cercanas a las dos compañías dijeron que la amenaza de la interferencia relacionada con la guerra comercial comienza a cambiar los cálculos en el grupo.
Con información de Leo Lewis, Kana Inagaki y Henny Sender.