Ignacio Galán, quien transformó a Iberdrola de un conglomerado español de segundo nivel en la tercera mayor empresa de servicios públicos del mundo, no siente pena de presumir sus logros, o su visión.
“Hemos sido pioneros de esta revolución de energía durante 20 años”, dijo el presidente y director ejecutivo, cuando su compañía de 68 mil millones de euros anunció la más reciente adquisición.
“Cuando nadie creía que la electricidad se podría producir de fuentes limpias y todo el mundo pensaba que el carbón seguiría por siglos... y que eran absolutamente necesarios el gas y el petróleo, nosotros solo decíamos que podíamos generar y producir electricidad con fuentes limpias”.
El acuerdo de 8 mil 300 millones de dólares (mdd) por PNM Resources, una empresa de servicios públicos que atiende a Nuevo México y Texas, fue la mayor transacción de la compañía desde 2006 cuando compró ScottishPower por 20 mil millones de euros. Convertirá a la división norteamericana de Iberdrola en una de las compañías de servicios públicos más grandes en Estados Unidos (EU), donde también se ubicará entre los tres principales operadores de energías renovables.
“Es grandioso ver cómo una compañía española lidera en EU”, dijo Arancha González, la ministra de Relaciones Exteriores de España. “Esto me habla de la solidez de las empresas españolas, que son líderes en cuestiones tan sensibles como las energías renovables en EU”.
El Dato...8,300 mdd
Es el monto que pagó Iberdrola por la empresa estadounidense PNM Resource
Ignacio Galán empezó a transformar Iberdrola desde que asumió el mando en 2001, de una compañía en gran medida nacional con centrales eléctricas de carbón, hidroeléctricas, nucleares y de petróleo en un especialista en energías limpias que también es propietaria de redes eléctricas. Sus adquisiciones —en países como Brasil, México, Reino Unido y EU— convirtieron al grupo en la tercera mayor empresa de servicios públicos del mundo por valor de mercado.
Desde su punto de vista, el potencial de la energía limpia apenas se está produciendo. “Estamos en un sector (energías renovables) que actualmente representa 20 por ciento del negocio de energía mundial”, dijo Galán. “Más electrificación (en sustitución del gas y petróleo) va a representar una gran oportunidad de crecimiento”, añadió el directivo.
La compañía pertenece a un grupo de servicios públicos globales, junto con la empresa Enel de Italia y NextEra Energy, con sede en Florida, a los que los analistas se refieren como las “nuevas grandes empresas de energía”.
Alguna vez consideradas inversiones de bajo riesgo pero relativamente aburridas, estas compañías de servicios públicos lograron navegar con astucia el cambio global de los combustibles fósiles hacia las fuentes de energía más limpias. Sus valoraciones en los mercados bursátiles superan las de las grandes compañías de gas y petróleo como BP.
PNM fue la octava adquisición de Iberdrola este año, después de lograr tratos en Australia, Francia y Japón. Aunque algunas de las transacciones han estado en proceso hasta por un año, Galán considera la crisis del coronavirus —y los fondos del gobierno destinados a reactivar la economía de su arremetida— como una oportunidad para acelerar el cambio hacia la energía limpia. Aproximadamente dos tercios de la capacidad de generación de Iberdrola son de “cero emisiones”, aunque el grupo no pretende ser totalmente neutral en carbono hasta 2050.
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Quienes han trabajado con Galán creen que su experiencia en ingeniería le permite detectar pronto las tendencias, incluso cuando no siempre contó con el apoyo de los mercados o algunos miembros del personal. Él “es un ingeniero muy orgulloso y creo que eso es importante”, dijo el profesor Jim McDonald, director no ejecutivo de ScottishPower. “Esa es una parte muy sólida de cómo Ignacio analiza los retos y las oportunidades. El hecho de que sea muy fuerte técnicamente es muy útil para él”.
El precio de las acciones del grupo también se desplomó la década pasada cuando el entonces gobierno de centro-derecha español recortó los subsidios a las energías renovables, lo que afectó la rentabilidad de los parques eólicos de Iberdrola. Pero la actual administración de izquierda del país se embarcó en un plan energético mucho más ambicioso, en el que planea invertir miles de millones del fondo de recuperación del coronavirus de 750 mil millones de euros de la Unión Europea, e Iberdrola aumentó en gran manera su apuesta por las energías renovables.
“Las energías renovables eran un chiste hace 10 años y ahora se están apoderando del mundo”, mencionó Meike Becker, analista de Bernstein. “En realidad, es bastante notable haber tenido esa visión y mantenerse en ella”.
srgs