Lyft, la aplicación para solicitar transporte con sede en San Francisco, inició lo que se espera sea una carrera que rompa récords por parte de las empresas de tecnología por los mercados públicos este año, presentando los documentos para una OPI en los que se muestran fuertes aumentos tanto en ingresos como en pérdidas.
Lyft, que se fundó en 2012 y opera en más de 300 ciudades en Estados Unidos y Canadá, espera tentar a los inversionistas con un aumento de casi seis veces en su número de usuarios activos para llegar a 18.6 millones en los últimos dos años y medio, y duplicando los ingresos en el último año para llegar a 2 mil 160 millones de dólares.
Sin embargo, los costos subieron 77 por ciento, ya que gastó significativamente más en operaciones, investigación y mercadotecnia, y la pérdida neta de la compañía subió a 911.3 millones de dólares, de acuerdo con su declaración S-1 ante la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por su sigla en inglés).
Lyft saldrá a bolsa con una estructura de acciones de clase dual que le da a sus fundadores un mayor control y que también le da a algunos de sus 1.9 millones de conductores una inusual oportunidad de comprar acciones en la OPI junto con los grandes inversionistas institucionales mucho más tradicionales.
El documento no incluyó detalles de la valoración, como el tamaño de la oferta o los precios anticipados de las acciones, y solamente incluyó un monto por definir. La última valoración de Lyft fue de 14 mil 500 mdd cuando recaudó 600 millones de dólares en su última ronda de recaudación privada en 2018 y recaudó alrededor de 5 mil millones de dólares en total del capital privado.
En una carta titulada “El trabajo de nuestra vida”, los cofundadores de Lyft, Logan Green y John Zimmer, presentaron una visión de la compañía como una manera de reducir el tráfico y la contaminación, hacer que las ciudades sean más habitables y fomentar las conexiones entre personas de diferentes orígenes.
“Es momento de rediseñar nuestras ciudades alrededor de las personas, no de los coches”, comienza la carta. “En los últimos 50 años, el desarrollo urbano se centra alrededor del automóvil, pero imaginen por un minuto cómo se vería nuestro mundo si encontráramos una forma de sacar a la mayoría de esos autos de las calles”.
La presentación de la compañía marca el comienzo de la que se anticipa como una ola de salidas a bolsa de empresas de tecnología de alto perfil en 2019 y 2020. Una gran cantidad de ofertas públicas iniciales establecería un cambio de rumbo para una generación de empresas que alcanzaron enormes valoraciones gracias a los grandes fondos de capital privado, y crearon un nuevo flujo de riqueza en el área de la Bahía de San Francisco.
A la espera se encuentra Uber, el competidor de Lyft; el sitio en línea para compartir imágenes Pinterest; y la aplicación de mensajes Slack. Todos ellos presentaron documentos confidenciales para una OPI. Otros posibles candidatos en los próximos dos años incluyen Airbnb, la plataforma de alquileres a corto plazo, y la compañía de análisis de datos Palantir.
El éxito de Lyft de superar a Uber a llegar a los mercados públicos le permitirá reclamar la corona de convertirse en la primera compañía de solicitud de transporte que cotiza en bolsa, y le permitirá establecer sus propias referencias fuera de la sombra de su rival más grande, desde la valoración hasta las métricas de crecimiento.
Choferes pueden comprar acciones
En un aparente reconocimiento a los conductores, Lyft les da acceso a las acciones a través de un bono en efectivo que se puede usar para comprar acciones al precio de la OPI. Las firmas de tecnología a menudo recompensan a los empleados con acciones, pero como Lyft y Uber los consideran contratistas independientes, como compañías privadas no pueden darles acciones.