Un alto funcionario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos propuso cambios radicales en la forma de revelar las transacciones en el mercado de bonos del gobierno de 24 billones de dólares, a medida que aumentan los llamados para mejorar la transparencia y la resiliencia de lo que se considera la base del sistema financiero mundial.
Las operaciones de bonos del Tesoro son notablemente opacas, y los reguladores e inversionistas sugieren desde hace mucho tiempo que una mayor información mejorará la confianza, ayudará a los funcionarios a detectar los problemas más pronto y, en general, reforzará el funcionamiento y la estabilidad.
El departamento propone que los datos de las transacciones de los bonos del Tesoro más negociados —los denominados bonos on-the-run, los que se emitieron recientemente y son los más líquidos— se hagan públicos a diario, con algunos límites en la presentación de informes, con base en el tamaño de las operaciones. Los comentarios los realizó Nellie Liang, subsecretaria de finanzas nacionales de la dependencia, en una conferencia el organizada por la Fed de Nueva York.
Después de cierta experiencia con este nivel de información, Liang dijo que el Tesoro considerará la posibilidad de publicar datos sobre otros bonos.
“El trabajo para mejorar la calidad y la disponibilidad de los datos en el mercado de bonos del Tesoro se desarrolló para apoyar la capacidad del sector oficial de evaluar las condiciones del mercado y la preparación para responder a las tensiones, y también para proporcionar una transparencia que fomente la confianza del público, las operaciones justas y un ecosistema de mercado que genere una liquidez más resiliente y elástica”.
El buen funcionamiento y la capacidad de recuperación han sido los temas principales de la conferencia en la que John Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, dijo que con el mal manejo de los mercados financieros se corre el riesgo de socavar la eficacia de los esfuerzos del endurecimiento monetario de la Fed.
Williams subrayó la necesidad de que el banco central siga adelante con su agresivo impulso para controlar una inflación históricamente alta —que incluyó fuertes alzas de las tasas de interés y una rápida reducción de su balance de casi 8 billones de dólares— al tiempo que encuentra soluciones para fortalecer la resiliencia del sistema financiero.
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“Para que la política monetaria sea más eficaz, los mercados financieros deben funcionar correctamente. La política monetaria influye en la economía al afectar las condiciones financieras, y con el mercado de bonos del Tesoro en el centro de todo esto. Si el mercado de bonos no funciona bien, puede impedir la transmisión de la política monetaria a la economía”.
Y agregó: "Llegó el momento de encontrar soluciones que fortalezcan nuestro sistema financiero sin comprometer nuestros objetivos de política monetaria”.
La conferencia se produjo en un momento delicado para el mercado de bonos más importante del mundo. La liquidez se deterioró a medida que la Fed endureció la política monetaria este año para frenar la inflación.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro se mueven en función de la política de las tasas de interés, y la volatilidad de los rendimientos este año, junto con la incertidumbre sobre la trayectoria futura de la Fed, hicieron más difícil y más caro comprar y vender bonos. La preocupación es que la escasa liquidez pueda provocar una volatilidad aún más pronunciada, aumentando las probabilidades de un accidente financiero.
Para socavar aún más el funcionamiento del mercado, en el que se fijan los precios de todos los valores, hay un conjunto de deficiencias estructurales de larga data que hicieron que las perturbaciones en lo que debía ser un refugio mundial se convirtieran en algo habitual.
Esto provocó repetidos llamados a una revisión regulatoria, algo que la Fed, el Tesoro, la Comisión de Bolsa y Valores y la de Comercio de Futuros de Materias Primas han tratado de hacer avanzar desde el flash crash de 2014, en el que los precios oscilaron dramáticamente en todos los vencimientos.
La fragilidad quedó expuesta en marzo de 2020, cuando los temores de una pandemia desencadenaron una caótica carrera por el efectivo que provocó la volatilidad de los precios. Esto hizo que fuera casi imposible hacer operaciones, con las pantallas de los corredores a veces en blanco mientras la liquidez se evaporaba, y la Fed se vio obligada a intervenir.
Williams reconoció que el tamaño del mercado de los bonos del Tesoro aumentó en las últimas décadas y que los participantes que antes eran importantes se han retirado, algo que contribuyó a las crisis pasadas, según se demuestra en investigaciones anteriores.
Por otro lado, los legisladores estadunidenses interrogaron a Michael Barr, vicepresidente de supervisión de la Fed, sobre cómo la regulación perjudicó la liquidez y qué reformas son necesarias para evitar nuevas crisis.
“Como vimos con los mercados de bonos de Reino Unido, cuando el banco central tuvo que intervenir para apuntalarlo, tuvo un impacto negativo”, dijo Patrick McHenry, miembro republicano de la Cámara de Representantes, en una audiencia de servicios financieros de la Cámara.
“No queremos ver eso en nuestro mercado, y conservo la esperanza de que puedan abordar esto antes de que tengamos algún evento desafortunado que pueda tener graves consecuencias”.