Millones de empleados y directivos disfrutan de las tradicionales vacaciones de verano del hemisferio norte, acudiendo en masa a playas y lugares hermosos. Pero para el nuevo director general de Starbucks, Brian Niccol, una visita a la playa puede estar al alcance durante todo el año.
El nombramiento de Niccol, que se anunció a mediados de agosto, vino con un beneficio inusual. En lugar de mudarse a la sede de la empresa de café en Seattle, el nuevo jefe convenció a la compañía de establecer una “pequeña oficina remota” en Newport Beach, California.
El acuerdo es un cambio con respecto al de su predecesor destituido, Laxman Narasimhan, cuya búsqueda para conocer a fondo a Starbucks incluyó cuatro semanas trabajando con el personal de primera línea para obtener su certificación de barista.
El plan de Niccol de establecer una base en Newport Beach, California --donde trasladó la sede de su empleador anterior, Chipotle Mexican Grill-- divide las opiniones.
“No es prudente y da un pésimo ejemplo”, dijo Samuel Johar, presidente de la firma de asesoría para juntas directivas Buchanan Harvey.
“Parece una regla para los directores generales y otra para todos los demás”, argumentó, y agregó que, dada la magnitud de los retos que enfrenta Starbucks, el acuerdo de estar a distancia parece “un poco complaciente”.
Se espera que el personal de la oficina de Starbucks en Seattle vayan a las oficinas tres días a la semana. Muchos empleadores tratan de aumentar la tasa de asistencia en busca de una mayor cohesión y productividad.
“Buena suerte tratando de conseguir que alguien más venga a la oficina si su director general no tiene que hacerlo”, dijo Peter Cappelli, profesor de Administración George W. Taylor en The Wharton School.
Es “difícil cambiar la cultura organizacional” de forma remota, pero esto sería parte del objetivo de Niccol en Starbucks, señaló Cappelli.
El acuerdo de Niccol puede indicar que los beneficios del estilo de vida cobran una mayor importancia para atraer a los altos ejecutivos, como ha ocurrido para el personal de base.
Sin embargo, otros expertos en Consejos de Administración coincidieron en que se corre el riesgo de que tener un jefe trabajando de forma remota, mientras sus colegas se encuentran en la sede de la compañía llegue a desmoralizar a los equipos y limitar la eficacia del líder.
“El liderazgo a menudo implica muchas interacciones ambientales, como la creación de redes de contacto, la observación y las formas no verbales de comunicación. La presencia física puede ser una parte importante de esto”, dijo André Spicer, decano ejecutivo de Bayes Business School y profesor de comportamiento organizacional.
Mark Freebairn, socio y director de prácticas de juntas directivas en Odgers Berndtson, la firma de cazatalentos más grande del Reino Unido, agregó: “¿Qué es un líder cultural si no está en la cultura?”.
Otros están menos preocupados por el acuerdo, mientras que los inversionistas dieron la bienvenida al nombramiento de Niccol, y el precio de las acciones aumentó drásticamente después de que se anunció.
“Es solo una señal de los tiempos”, dijo Job van der Voort, director general y cofundador de la firma de tecnología de la información de administración de nóminas y personal Remote. Los jefes de la empresa “básicamente siempre están conectados y mucha gente siempre está trabajando desde su teléfono o en tránsito, por lo que hacer que esto sea formal tiene mucho sentido”, dijo van der Voort, que trabaja de forma remota a tiempo completo.
Varios expertos argumentan que los directores generales de las grandes empresas inevitablemente pasan una gran cantidad de su tiempo viajando, independientemente del lugar donde se encuentra su sede formal.
“(En) una multinacional como Starbucks, el director general va a estar mucho tiempo de viaje visitando filiales, proveedores, hablando con accionistas y representantes del gobierno”, dijo Lynda Gratton, profesora de prácticas de administración de la London Business School. Por lo tanto, incluso si están emplazados en la sede central, no estarán allí durante gran parte del tiempo.
el dice...“La flexibilidad de la administración remota
Puede permitir a los Consejos de Administración conseguir directores generales de alto perfil”
En documentos públicos se mostró que Niccol no estaría obligado a mudarse a Seattle, pero debe viajar a la sede de la compañía “como se requiere para realizar sus tareas” y puede usar aviones de la empresa para hacer los viajes.
Starbucks dijo en un comunicado que la “oficina principal de Niccol y la mayor parte de su tiempo” lo va a pasar en Seattle o visitando al personal y a los clientes en tiendas, oficinas y otras instalaciones en todo el mundo.
Él “superaría las directrices de trabajo híbrido y las expectativas del lugar de trabajo” que se aplican a todos los empleados y también es probable que adquiera una casa en Seattle, agregó.
En un estudio de 2021 sobre la economía de los directores generales que trabajan a distancia se concluyó que este tipo de acuerdos tienen ventajas, pero que, en general, las desventajas las superan.
“Por un lado, la flexibilidad de la administración remota puede permitir a los Consejos de Administración conseguir directores generales de alto perfil que, de otro modo, no estarían dispuestos a trasladarse para desempeñar su trabajo”, dijo Ran Duchin, profesor de finanzas de la Carroll School of Management del Boston College, coautor del estudio.
“Por otro lado, algunos argumentan que administrar a distancia puede servir a los propios intereses del director general a expensas de los accionistas”.
Duchin dijo que en su investigación sobre los líderes que trabajan a distancia antes de la pandemia se encontró “un menor rendimiento operativo y unas valoraciones más bajas cuando el director general tiene un acuerdo de trabajo a distancia”. En casos específicos, como estar “cerca de la playa o de un campo de golf, o ser propietario de un barco, los directores consumen más tiempo libre, y esto corresponde a una empresa más débil”, añadió.
El inconveniente se mitigó, afirmó, en el caso de las empresas que están dispersas geográficamente y en los casos en que el director ejecutivo vive cerca de una oficina de campo.
Si bien los reclutadores dicen que los directores ejecutivos que trabajan completamente de forma remota son poco comunes, Niccol no es el primero en intentar un acuerdo de ese tipo.
El director general de Wells Fargo, Charles Scharf, ha dirigido el banco con sede en San Francisco desde Nueva York desde que lo nombraron en 2019. El presidente no ejecutivo de HSBC, Mark Tucker, también tiene una casa en Nueva York, mientras que el CEO de Barclays, C.S. Venkatakrishnan, divide su tiempo entre Londres y Nueva York.
El jefe de AstraZeneca, Pascal Soriot, el director general mejor pagado del FTSE, temporalmente radicó en Australia durante las restricciones de la pandemia, aunque trabajaba toda la noche para mantenerse sincronizado con sus colegas en Europa y América del Norte antes de regresar al Reino Unido.
Algunos inversionistas se muestran renuentes: Jack Dorsey abandonó un plan en 2020 para mudarse temporalmente a África mientras continuaba dirigiendo Twitter y Square después de la presión de Elliott Management.
Pero la importancia de las oficinas centrales se redujo en los últimos años, una tendencia que se aceleró desde la pandemia, dijo Kit Bingham, socio de la firma de cazatalentos Heidrick & Struggles.
“El modelo de una oficina central gigante donde todos deben estar es histórico”, dijo Bingham. “En Londres, suelo ir a la sede de una gran empresa y veo que hay seis personas trabajando por ahí”.
Otros son escépticos con respecto a que el acuerdo de Niccol represente un cambio radical. “Me sorprendería que se volviera más normal de lo que es ahora”, dijo Freebairn.
CHC