Warren Buffett habla de su éxito

FT Mercados

El ingenioso inversionista habla sobre la suerte, las expectativas y la búsqueda de valor en el mercado capitalista.

Bill Gates y Warren Buffett, dos de los hombres más ricos de EU, tiene una fortuna que en conjunto suma unos 185,000 mdd, según Forbes (Cortesía).
Eric Platt, Oliver Ralph y Robert Armstrong
Ciudad de México /

En el mercado de valores, los pequeños márgenes separan el éxito del fracaso. Una diferencia de 10% en el rendimiento es grande; 100% es algo del tamaño del océano. Y luego está Warren Buffett.

 En los últimos 54 años, las acciones de Berkshire Hathaway, superaron al S&P 500 en casi 2.5 millones de puntos porcentuales. El grado al que Buffett superó a sucesivas generaciones de rivales de Wall Street casi desafía la comprensión.

 Al principio, se le preguntó cuál sería la mejor inversión para poner en la cuenta de un niño, ¿una participación en Berkshire o una en el S&P? No dudó al responder: “Creo que el resultado financiero sería muy similar”. La declaración se hizo sin calificación. Pero es difícil no preguntarse si Buffett, incluso a los 88 años, está minimizando sus ambiciones. 

Si él es un genio de la inversión, también es un genio de las relaciones públicas, cultivando una imagen de un hombre humilde y honesto que triunfó en el juego mediante la práctica de una versión más sencilla y pura del capitalismo. El tercer hombre más rico del mundo, con una fortuna estimada en 86,000 millones de dólares (mdd), dice que se mantiene al mando de Berkshire porque quiere seguir haciendo lo que adora desde que compró sus primeras acciones, los 11 años de edad de una compañía petrolera de Oklahoma.

 “No puedo comprar tiempo, no puedo comprar amor, pero puedo hacer cualquier otra cosa con dinero, prácticamente. ¿Y por qué me levanto todos los días y estoy emocionado a los 88 años? Es porque me encanta lo que hago y amo a la gente que me rodea. Tengo 25 personas aquí. Vamos a los juegos de béisbol juntos. Ellos tratan y hacen que mi vida sea buena, yo trato de hacer que la suya sea también”, dice.

 La imagen pública de Buffett se refleja en la oficina de Berkshire, que ocupa un solo piso en una torre de oficinas en Omaha. Sus falsos techos, pasillos estrechos y alfombras gastadas estarían más a modo en la administración de un community college que en un imperio financiero de 700,000 mdd. El mismo Buffett viene al vestíbulo a recoger a los periodistas de FT, con un holgado traje a rayas, zapatos cómodos y una corbata roja. 

El Dato.

700,000 mdp

es el valor de mercado
de Berkshire Hathaway


Un poco encorvado, toma pasos lentos y cuidadosos, pero su cara es rosada y llena de salud. Sus ojos centellean y brillan detrás de sus gafas mientras habla, alegre y con rapidez. 

El personaje de Buffett de un negociador sencillo es parte integral de la empresa Berkshire. La compañía participa en sectores como el político y el financiero, y ser el abuelo favorito del capitalismo mantiene a los inversores, políticos y reguladores firmemente de su lado. 

Un elemento clave es el manejo cuidadoso de las expectativas. Después de un doloroso año de 1999, en el que las acciones de Berkshire fueron barridas por el mercado durante el auge de tecnología, no predijo que el péndulo pronto volvería a las inversiones razonables.

En su lugar, dijo que esperaba que el crecimiento en el valor de Berkshire superara “modestamente” al S&P en la siguiente década. “No podemos garantizar eso, por supuesto”, escribió en una carta a los inversores. “Pero estamos dispuestos a respaldar nuestra convicción con nuestro propio dinero”.

En los 10 años que siguieron a 1999, las acciones de Berkshire subieron casi 80%, mientras que el S&P cayó. Detrás de la calidez personal de Buffett y de los aforismos de antaño, hay capas de frío acero competitivo.

 Pero ahora las cosas son diferentes. Buffett nunca tuvo un momento tan largo de bajo desempeño. Y nunca ha tenido una competencia tan feroz debido a los tipos de activos que prefiere: grandes compañías que son fáciles de entender, pero difíciles de desplazar de sus posiciones competitivas.

 Cuando se le pregunta si su expectativa de un rendimiento modestamente superior en comparación con el mercado cambió en los 20 años intermedios, ajusta su pronóstico con una sola palabra: “muy modesto”.

Qué nos enseña el sabio de Omaha 

“¿Warren Buffett ha perdido su toque?”. 

Es un tema que se reproduce en los medios, una planta perenne que florece cada vez que una de las inversiones en la cartera de Berkshire sale mal, como ocurrió con Kraft Heinz recientemente, o como pasó con IBM hace unos años. 

Hubo un momento, en las décadas de 1950 y 1960, en el que Berkshire era una máquina para acumular acciones y compañías incomprendidas y subvaloradas. En una frase que ya entró en la tradición popular, en el mercado Buffett compraba dólares por 50 centavos, o “recogía colillas de cigarros”, como Berkshire Hathaway. 

En la actualidad, Buffett y Berkshire no han cambiado superficialmente.

vive en la misma casa que compró en la decada de 1950.

 La brillantez del moderno Berkshire es que no hay ningún “toque” que perder. La selección de acciones que implica apenas merece esa descripción. La parte difícil de comprar compañías no es elegir las buenas, sino esperar que salga a la venta una buena.

Buffett cree que creó un negocio en Berkshire que comparte la característica clave de las empresas que le gusta comprar. “Tengo un negocio interesante. Es bastante simple”, dice. “Siempre le digo a la gente: si tienen más de 130 puntos de IQ, vende el resto porque no lo vas a necesitar en este negocio”.

De las acciones que cotizan en la Bolsa, Buffett puede comprar razonablemente no más de 100, dice. Comprar empresas directamente no es más fácil. 

Una compañía de 1,000 mdd que aumenta 50% su valor inmediatamente no ayuda en lo absoluto: “Ganar 500 mdd suena grandioso y 1,000 mdd suena como una gran inversión, pero 500 mdd es menos de una décima parte del porcentaje”, como contribución a los activos de Berkshire, señala Buffett. Berkshire tiene la fuerza para comprar grandes compañías que cotizan en Bolsa en su totalidad, pero ese juego también se está volviendo más difícil, debido al ascenso del capital privado, que pone en el juego a un feliz competidor con exceso de financiamiento y deuda.

La piedra en el zapato 

Buffett reconoce que las firmas de capital privado tienen aproximadamente 1.2 millones de mdd en compromisos con los inversionistas que pueden duplicarse con el uso de deuda. “Es muy difícil hacer tratos en un mundo donde tienes más de 1 millón de mdd y el acceso a dinero extraordinariamente barato”, dice. 

“Si alguien más va a ver su rendimiento en función de pedir prestado 75% de un acuerdo, voy a ver el rendimiento en función de todo el capital”. Frente a estos obstáculos, hace unos años Buffett buscó la ayuda de Jorge Paulo Lemann, fundador del grupo de capital privado 3G. 

El Dato.

100,000 mdd

tienen para recomprar sus acciones Berkshire Hathaway en un futuro


Berkshire y 3G se unieron para comprar Heinz en 2013, y fusionaron al fabricante de salsa catsup con Kraft dos años después. La asociación obtuvo excelentes rendimientos durante algunos años al hacer cosas que eran ajenas al enfoque habitual de Buffett: pedir prestado y despedir a miles de empleados. Pero después 3G redujo los costos para aumentar sus utilidades y se centró en una oferta condenada de 143,000 mdd por su rival Unilever.

 Las dificultades de Kraft Heinz llevaron a sugerir que los líderes de 3G le daban más prioridad a las ganancias a corto plazo que a las de largo plazo de sus negocios. ¿Buffett está de acuerdo con esta crítica?

 Después de asegurarse de no distanciarse de 3G, él dice que el problema no era una inversión insuficiente, sino que se sobreestimó la fuerza de las marcas Kraft Heinz y su poder con los minoristas. 

Si el problema es tener demasiado dinero, una respuesta natural sería deshacerse de un poco. Buffett está de acuerdo en que podría tener resultados mucho mejores con menos. “Creo que si trabajara con un millón de dólares no tendría problemas para ganar 50% al año”, dice. 

Pero descarta la idea. “Me gustan los negocios que tenemos, las personas que los administran y los accionistas”. 

Hace cinco años, los accionistas de Berkshire rechazaron una propuesta de que la compañía debería comenzar a pagar un dividendo. Pero en ese momento, la empresa tenía una cantidad de efectivo más pequeña que la que tiene hoy. Los analistas se preguntan si los accionistas votarían de la misma forma si Buffett ya no estuviera a cargo. 

La única manera en que Buffett acepte reducir la enorme cantidad de capital es recomprar acciones cuando se vendan a un precio menor que su valor verdadero. Él dice que podría llegar el momento en que la compañía recompre hasta 100,000 mdd de sus acciones.

El apoyo durante las crisis 

Quienes piensan que Berkshire aún puede superar al mercado argumentan que todo lo que se necesita es la inevitable llegada de la próxima crisis. 

En 2008 y 2009, Buffett realizó una serie de acuerdos para proporcionar capital a instituciones financieras, como Goldman Sachs, que vendió a Berkshire 5,000 mdd en acciones preferentes. La deuda de Goldman ahora se vende con un rendimiento de 4%.

 En la industria de seguros, Berkshire es conocido como un proveedor de “dinero en la noche del viernes”, un lugar al que las aseguradoras en dificultades pueden recurrir para obtener respaldo. 

Buffett confía en que llegará el momento en que las empresas necesitarán capital y tendrán que comprárselo a Berkshire. “Vamos a recibir llamadas de nuevo.

 Nosotros podemos comprometer entre 10 y 30,000 mdd, y se hace”. Sin embargo, después de la última crisis, el mejor rendimiento de la compañía fue real, pero no excepcional. Medido desde el pico previo a la crisis en 2007, Berkshire superó al mercado de la próxima década.

Pero hay otro punto, las crisis no ocurren con frecuencia, y cuando ocurra la siguiente, alguien más podría estar dirigiendo Berkshire Hathaway.

Quién lo sucederá

 “No me molesta la idea de mi muerte”, menciona Buffett. Usa aparatos auditivos y ya no maneja de noche, pero la resistencia no parece ser un problema. 

No tiene ningún motivo para renunciar. “Tengo vacaciones todos los días. Si hubiera otro lugar al que quisiera ir, iría allí. Aquí está el palacio del placer, estás sentado en él en este momento. Me divierto más aquí que cualquier persona de 88 años en el mundo”. 

Sin embargo, permanece el tema sobre cuánto aporta Buffett a Berkshire. Desde hace mucho tiempo es aficionado de las marcas fuertes, y él mismo es una marca, quizás la más fuerte en todas las finanzas.

 ¿Parte de la razón por la que Goldman pagó tanto por el dinero de Berkshire fue que tenía la marca de un hombre que personifica la sabiduría y la honestidad? 

Del mismo modo, ¿los propietarios de negocios estarán dispuestos a venderle a un conglomerado que ya no encabeza la estrella más grande del capitalismo? Buffett descarta la idea de que Berkshire se alimente de su marca. 

Para él, la única ventaja de Berkshire es su inigualable fortaleza financiera y la velocidad con la que puede poner el dinero a trabajar. Después de que se haya ido, espera que haya un desfile de banqueros de inversión que vendan ideas para divisiones, “pero nadie tendrá que sucumbir a esa presión durante mucho tiempo”. 

También está la cuestión de la relación de Berkshire con los reguladores. Ninguna otra compañía administra tanto dinero ni toma decisiones tan importantes desde una oficina de 25 personas o con un Consejo de Administración.

 ¿Los inversores o los reguladores tendrán preocupaciones cuando la compañía ya no esté dirigida por los capitalistas estadounidenses más famosos y más fiables? Buffett repite aquí su punto de vista: a los reguladores y a los inversionistas les gusta Berkshire porque cumple con las reglas, está extremadamente sobrecapitalizado.

 La pregunta sobre relevar no se puede resolver completamente hasta que llegue el momento de relevar a Buffett. Él mismo reconoce esto, al señalar que después de un cierto intervalo, sus sucesores estarán por su cuenta; tendrán que “demostrar que el sistema funciona”. 

Lo que es sorprendente acerca de interrogar a Buffett sobre la sucesión, y sobre si la empresa puede continuar prosperando, es lo impasible que se muestra sobre cualquiera de los asuntos. Lo que realmente le importa es el concepto de que Berkshire se convirtió en una comunidad de personas con ideas afines. 

Es fácil ver por qué a Buffett le gusta la idea. La lealtad de los accionistas de Berkshire es la base de todo lo que hace. Buffett solo puede ser el prestamista o el asegurador de último recurso porque puede conservar gran parte del capital de sus inversores. 

Él quiere individuos leales en su lista de accionistas. Aún así, en un momento en el que se cree de manera generalizada que el capitalismo está en crisis, Berkshire puede ofrecer un modelo diferente, porque se abstiene del evangelio del “rendimiento total de los accionistas” en favor de la idea de que los socios y la administración forman una comunidad de interés. 

“Si jugaras al golf y golpeas un hoyo en uno en cada hoyo, nadie jugaría golf, no es divertido”, dice. “Tienes que dar algunos golpes que se vayan al rough (la hierba alta) y después salir del rough... eso lo hace interesante”.

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