La tendencia de las empresas de tecnología financiera, también conocidas como fintech, de comprar bancos como una forma de liberarse de la ley que los regula y obtener los beneficios de ser parte de la banca institucional, puede acelerarse, expresaron especialistas.
En los últimos tres años, tres de estas compañías compraron tres bancos mexicanos: Credijutso, Ualá y recientemente Kapital; la idea de hacer este proceso es para ofrecer más y mejores servicios a sus usuarios que siendo solo tecnológicas no podrían.
“La esencia de la fintech es combinar finanzas y tecnología, pero desde una perspectiva de crear un producto enfocado en una persona, el cómo hagas eso o bajo qué licencia regulatoria es completamente independiente”, comentó Carlos Valderrama, fundador y socio gerente de Legal Paradox.
Las tecnológicas aprovechan también que hay muchos jugadores con tamaño pequeño que pueden adquirir, y con ello la licencia para convertirse en banco.
En junio de 2021, cuando Credijusto adquirió a Fintierra por 50 millones de dólares, el banco tenía una representación de 0.02 por ciento en el mercado mexicano, equivalente a mil 909 millones de pesos en activos.
La institución financiera ABC Capital, adquirida por la fintech argentina Ualá en mayo pasado, contaba con una participación de 0.03 por ciento, con 3 mil 606 millones de pesos en activos, de acuerdo con información mostrada en último boletín emitido por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
- Por su parte, Banco Autofin, adquirida por Kapital, no contaba con información estadística.
Federico de Noriega, socio abogado de la firma Hogan Lovells, señaló que una de las principales razones por las que se están dando estas transacciones es el alcance de las actividades que pueden hacer las financieras bajo la ley fintech.
“El alcance de sus actividades permitidas no les deja desarrollar todo su modelo de negocios. Muchos querían sacar medios de pago, tarjetas o dinero electrónico y también se dieron cuenta que uno de los servicios bancarios más rentables para las instituciones financieras y más necesarios en el país, es el otorgamiento de crédito, y estas firmas tecnológicas tienen prohibido otorgar crédito”, comentó.
Carlos Valderrama explicó que el objetivo de las financieras tecnológicas es empezar a crear productos y servicios distintos enfocados a un mercado que está típicamente desatendido porque tiene poca generación de utilidades.
Señaló que en México, si alguien quiere iniciar un proyecto en el mercado financiero, puede hacerlo a través de la colocación de créditos con capital propio, “que es una actividad que no está reservada para una entidad financiera autorizada”.
Menor carga regulatoria
- Otro de los factores por los que estas firmas están acercándose a comprar un banco es la carga regulatoria que tiene la fintech.
“No te digo que necesariamente es la misma carga regulatoria que la de un banco o la de las Sociedades Financieras Populares (Sofipo), pero sí es bastante grande, no es un chiste operar una fintech regulada”, comentó Valderrama.
René Saul, director general de la fintech Kapital, señaló que adquirieron Banco Autofin para no tener limitaciones en su operación, además de ofrecer certidumbre a sus clientes.
“Es importante dar garantías a tus clientes; imagina que uno tiene un millón de pesos ahorrados en cualquier banco y tienes un millón de pesos en una Sofipo, si esta última quiebra, tu dinero no lo puedes recuperar, pero si el banco llegara a dejar de operar, tu ahorro lo vas a recuperar porque está protegido por el IPAB (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario), esa es una gran diferencia”, resaltó.
EDD