Cuando la mañana del sábado 7 de octubre militantes armados del grupo terrorista Hamás perpetraron un ataque sorpresa contra Israel, nadie hubiera imaginado que este suceso pudiera tener repercusiones al otro lado del mundo.
Hoy, en el quinto día de la ofensiva de Israel contra Gaza, territorio controlado por Hamás desde 2007, comienzan a verse los primeros estragos de la guerra, que de momento, pareciera no tener final y que amenaza con subir de intensidad.
Lo anterior, debido a que en un mundo tan globalizado es difícil que un conflicto que involucre a dos o más países no tenga repercusión en otras naciones, sobre todo si se resuelve por la vía de las armas, como en el caso de la guerra de Rusia y Ucrania, que hasta la fecha sigue derramando sangre.
De acuerdo con la directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, Gabriela Siller Pagaza, el conflicto entre Israel y Hamás puede afectar a México de diferentes formas, incluyendo al bolsillo de las familias.
Impacto económico del conflicto en Medio Oriente
En primera instancia, explicó Siller Pagaza en un hilo a través de su cuenta de X (antes Twitter), la guerra entre Israel y Hamás genera aversión al riesgo, es decir, una actitud de rechazo por parte de los inversores ante el riesgo financiero, refugiándose en activos catalogados como seguros, ya sea el oro, el dólar, el franco suizo o el yen japonés.
Ante la aversión al riesgo, señaló la economista, el tipo de cambio peso-dólar tiende a subir, lo que podría provocar que las empresas importadoras suban los precios de sus productos para mantener sus márgenes de ganancias, incidiendo en la inflación, o sea que, cuando el próximo mes vayas a surtir tu despensa al supermercado los productos sean más caros y tu quincena rinda menos.
Sin embargo, el martes se observó un mayor apetito por riesgo ante los comentarios menos restrictivos de funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos y la expectativa de mayores estímulos económicos en China, dijo Banco BASE en una nota de análisis, con el peso cotizando cerca del cierre de la jornada en 17.98 pesos por dólar, una apreciación de 1.43 por ciento.
Otra de las afectaciones es una “mayor volatilidad que dificulta estimar variables económicas, en especial el tipo de cambio, inflación y tasa de interés”, generando incertidumbre, y si esta continúa pueden detenerse algunos proyectos de inversión, traduciéndose en menos empleo.
Pero si los anteriores escenarios no representarán por sí mismos un panorama sombrío, las preocupaciones por una posible interrupción en el suministro de petróleo debido al conflicto bélico provocan que el crudo se dispare, afectando los precios de la gasolina, el combustible más usado por el transporte terrestre.
De seguir aumentando los precios del petróleo, además de ocasionar presión sobre la inflación, en México el gobierno podría aumentar los estímulos al impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) de las gasolinas, “lo que presionaría las finanzas públicas”, advirtió Siller.
Por fortuna, aunque en la apertura del pasado lunes 9 de octubre los precios del crudo se dispararon cerca de 4 por ciento, de acuerdo con datos de Reuters, el martes fueron cediendo a medida que iban disminuyendo las preocupaciones por posibles afectaciones al suministro, pero los operadores se mantienen atentos al desarrollo del conflicto.
Pero las afectaciones en el sector energético no paran ahí, pues el gobierno de Israel ordenó el lunes a Chevron detener por motivos de seguridad la producción en un importante yacimiento de gas natural ubicado en el Mar Mediterráneo, que aunado a la noticia de una fuga en un gasoducto en Finlandia, ocasionaron que el precios de este hidrocarburo subieran más de 10 por ciento.
Como pasó con el conflicto en Europa del Este, durante las guerras tiende a bajar el comercio internacional no solo de los países afectados, refirió Siller, esto influye en los patrones de consumo, abriendo la posibilidad de una escasez de determinados productos o compras de pánico si el conflicto se extiende a otros países.
Relación comercial México-Israel
Pese a la distancia entre ambos países, no solo medida en kilómetros sino también en lo cultural, Israel es el primer socio comercial de México en Medio Oriente, mientras que nuestro país es el segundo socio comercial latinoamericano de la nación de la estrella de David.
Tan solo en 2022, el comercio bilateral entre ambos países fue de más de mil 240 millones de dólares, cifra que representó un aumento de 18 por ciento en comparación con los mil 51 millones de dólares de 2021, de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico).
Así, el año pasado el valor de las exportaciones de México a Israel alcanzó los 249.85 millones de dólares, equivalentes a 0.04 por ciento del total de los envíos del país, explicó Siller Pagaza.
Celulares, máquinas y unidades de procesamiento de datos, vehículos para el transporte de personas y mercancías, alcohol etílico, polímeros de cloruro de vinilo, frutas y agua mineral, fueron algunos de los principales mercancías que México envió a la nación de Medio Oriente, de acuerdo con registros de la Secretaría de Economía.
En cuanto a las importaciones, en el mismo año, el país compró a Israel bienes por un valor de 993.47 millones de dólares, que representaron 0.16 por ciento del total de las compras internacionales de México.
Circuitos eléctricos integrados, instrumentos y aparatos utilizados en ciencias médicas, teléfonos, partes y accesorios de máquinas, abonos minerales o químicos, insecticidas y válvulas y tuberías, fueron las principales mercancías importadas por México desde dicho país.
AMP