Algunos bancos fueron duramente castigados por el mercado bursátil luego de darse a conocer la acusación de periodistas de haber permitido operaciones con fondos de origen sospechoso a gran escala, haciendo alusión a HSBC, con sede en Hong Kong; Deutsche Bank, en Fráncfort e ING en Amsterdam, entre otros.
Deutsche Bank se desplomó 7.86 por ciento, a 7.93 euros, unos 9.35 dólares por acción, tras la publicación de esta investigación que lo involucra. Standard Chartered, también en el foco de atención, cayó por su parte 5.15 por ciento, a 3.41 libras, unos 4.42 dólares, en Londres.
El título del HSBC alcanzó su nivel más bajo en 25 años, cerrando con una caída del 5.33 por ciento, a 29.30 dólares hongkoneses, unos 3.78 dólares estadunidenses, 3.21 euros.
Además de haber sido citado en la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), podría sufrir sanciones por parte de China, en el marco de las medidas de represalia contra ciertos países extranjeros.
También citado en el informe, el ING se desplomó 8.35 por ciento en Ámsterdam. Según la prensa holandesa, la filial del banco en Polonia ha asisitido a algunos de sus clientes para enviar fondos de origen sospechosos fuera de Rusia durante años.
En su investigación, realizada por 108 medios de prensa internacionales de 88 países, el ICIJ, denuncia las graves deficiencias de regulación en el sector.
Dinero sucio
"Los beneficios de las mortíferas guerras contra la droga, fortunas malversadas en los países en desarrollo y economías ganadas con esfuerzo y robadas como parte de un esquema de prámide de Ponzi (intereses obtenidos por nuevos inversores son adjudicados a otros con más antigüedad), han entrado y salido de estas instituciones financieras, a pesar de las advertencias de sus propios empleados", detalla la investigación.
La investigación se apoya en miles de "informes de actividades sospechosas" (SAR por sus siglas en inglés) enviados a la policía financiera del Tesoro de Estados Unidos, FinCen, por bancos de todo el mundo, pero "fuera del conocimiento del público". De acuerdo al ICIJ, durante años han circulado montos astronómicos de dinero sucio por las instituciones bancarias más importantes del mundo.
Estos documentos hacen referencia a unos 2 billones de dólares (1.7 billones de euros) de transacciones entre 1999 y 2017. Se trataría de dinero proveniente de la droga y actos delictivos, e inclusive de fortunas malversadas en países en desarrollo.
La investigación apunta sobre todo hacia cinco bancos importantes --JPMorgan Chase, HSBC, Standard Chartered, Deutsche Bank y Bank of New York Mellon-- acusados de haber seguido haciendo circular fondos de presuntos criminales, incluso tras haber ha sido procesados o condenados por faltas financieras.
HSBC se defendió respondiendo a periodistas que siempre cumplió con su obligación legal de informar sobre actividades sospechosas.
Las instituciones se defienden alegando que las acusaciones del ICIJ son viejas o anteriores a un acuerdo alcanzado al respecto en 2012 con el departamento de Justicia estadunidense, otros simplemente afirman que no hay nada nuevo y que han invertido mucho en reforzar sus controles. Asimismo, también, como el caso de ING en Polonia, aseguran haber cortado vínculos con empresas sospechosas de actividades fraudulentas.
La onda expansiva de este escándalo ha alcanzado a instituciones bancarias de varios países, Francia entre ellos, afectando a la baja a la bolsa parisina.
El sector bancario del EuroStoxx 50 (índice que incluye a las 50 compañías más importantes de la eurozona por su capitalización bursátil) cayó por su parte 5.84 por ciento.
MRA