Cerca de 52 por ciento de los recursos prospectivos en materia petrolera descubiertos en México están en peligro de quedarse ociosos ante la suspensión indefinida de las licitaciones de campos de crudo, conocidas como rondas por la reforma energética de 2013, alertó el director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), Merlin Cochran.
“Mientras el mundo avanza hacia la descarbonización y la demanda de hidrocarburos llegará a su pico en 10 o 15 años, no se está haciendo nada por asignar nuevos bloques de inversión y aprovechar el 52 por ciento de los recursos prospectivos, aún sin asignar, que de no empezar a detonarse, se volverán ociosos”, señaló a MILENIO.
“Mientras el mundo avanza hacía la descarbonización y la demanda de hidrocarburos va a llegar a su pico en 10 o 15 años, no se está haciendo nada por asignar nuevos bloques de inversión y aprovechar el 52 por ciento de los recursos prospectivos aún sin asignar los que de no empezar a detonarse, se volverán completamente ociosos en el futuro”, señaló a MILENIO, el director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), Merlin Cochran.
Destacó que las inversiones ejecutadas en el sector alcanzaron ya los 27 mil millones de dólares con la perspectiva de continuar creciendo en la medida en que se abran las rondas y se apliquen nuevas adjudicaciones particularmente en recursos no convencionales donde hay áreas geológicamente prometedoras “y el ánimo de muchas compañías de continuar apostándole a México con inversiones de exploración y extracción”.
El directivo puntualizó que aun cuando 58 por ciento de los contratos están en fase exploratoria debido a que este tipo de inversiones conllevan tiempo de maduración, 19 por ciento está en evaluación y 23 por ciento en producción, las compañías privadas han alcanzado más de 100 mil barriles diarios de petrolíferos que representan entre el 6 y 7 por ciento de la producción de aproximadamente 1.68 millones de barriles.
“Se prevé que, derivado de los campos que ya tienen éxito geológico, alcanzar una producción diaria de 500 mil barriles, pero todo dependerá de la coyuntura internacional y de la voluntad política para abrir las rondas y asignaciones porque explorar es un proceso que toma tiempo, además de que sólo el 25 por ciento de las perforaciones tienen éxito las cuales todas se hacen sin que ello signifique un gasto para México que se queda con la información”.
Cochran aclaró que las compañías respetan la política energética del país y el gobierno tiene toda la prerrogativa de determinar cuándo abrirá las rondas. “En la Amexhi estaremos a la espera de cuando se considere oportuno y siempre de la mano con el gobierno federal, emprender las nuevas oportunidades de inversión”.
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“Otro gran reto que no se debe olvidar y que hace necesario abrir el espectro a la inversión privada en el sector, añadió, es la demanda creciente de gas natural y petróleo que demandarán las empresas que se están sumando al nearshoring para ganar competitividad acercando sus procesos hacia su mercado objetivo que es Estados Unidos. “Son industrias a las que México tiene que garantizar energías a futuro y de eso dependerá subirnos completamente a esa oleada de relocalización de las cadenas de suministro”.
Gonzalo Monroy Zavala, director general de la consultoría especializada en el sector energético GMEC, consideró que uno de los beneficios de la reforma energética es que permitió conocer como nunca antes toda los recursos prospectivos del país y que la producción de privados con tecnología de punta que era de cero alcanzará en poco tiempo más de 100 mil barriles diarios, mientras que la producción de Petróleos Mexicanos (Pemex), ha caído en 350 mil barriles que ahora está en 1.5 millones diarios cuando a finales del sexenio pasado se situaba en 1.85millones.
Expuso que aunque las inversiones privadas continuarán creciendo por los compromisos asumidos en la administración pasada, los 27 mil millones de dólares ejercidos es solo una fracción de lo que podría haberse captado si el gobierno federal impulsará una política energética más abierta a la inversión privada y no poniendo obstáculos como ha sido suspender las rondas e interfiriendo en la necesaria expansión de ductos y terminales.
“Lamentablemente lo que estamos viendo es que se intenta cortarle las piernas a la competencia para favorecer a Pemex que no invierte en exploración ni se ha vuelto más rentable, en tanto la seguridad energética se desvanece y que de continuar no sólo tendremos que importar gas y gasolinas, sino el petróleo necesario para que se ponga en marcha la refinería de Dos Bocas”, subrayó.
El especialista consideró que la producción petrolera está prácticamente estancada debido a que los recursos millonarios que ha recibido Pemex alrededor de 809.8 mil millones de pesos, el 73.2 por ciento se destina a aportaciones patrimoniales o de capital y pago de la deuda que de 100 mil millones de dólares aumentó, al cierre de 2020, a 115 mil millones de dólares como consecuencia de un refinanciamiento mal trazado.
“En política energética no hay rumbo definido más que apoyar a Pemex y lo que se requiere urgente para ampliar la producción, es abrir las rondas ahora que hay compañías interesadas en invertir porque nadie asegura que de no encontrar aquí las condiciones necesarias se fijaran en otros países que sí alientan la inversión para impulsar su desarrollo”.
Monroy Zavala enfatizó que ante la parálisis de Pemex que no levanta su producción y la negativa incomprensible de abrir las rondas para aumentar la inversión privada “la industria petrolera es como un barco al que se le apagaron los motores y si hay buen viento podrá avanzar o se mantendrá a la deriva”.
El asesor de energía y economía, Ramses Pech, señaló que la reforma energética está funcionando en su cometido de atraer inversión privada para detonar la producción, pero lo que está fallando es que no se da las compañías los elementos necesarios para cristalizar más inversiones que de significar sólo 3 por ciento de la Inversión Extranjera Directa hace menos de un lustro, ahora representa más del 15 por ciento”.
Ramses Pech estimó que la meta de alcanzar 2.5 millones de barriles en el 2028 irá bien siempre y cuando Pemex aproveche los apoyos económicos del gobierno federal para aumentar la exploración y producción y los inversionistas privados no enfrenten trabas para operar, de lo contrario -advirtió-, la seguridad energética podría quedar comprometida y México estará perdiendo una gran oportunidad para atraer nuevas empresas que buscan su relocalización y cuya demanda primordial es suministro de energía segura”.
Destacó que las inversiones ejecutadas en el sector alcanzaron ya 27 mil millones de dólares con la perspectiva de seguir creciendo en la medida en que se abran las rondas y se apliquen nuevas adjudicaciones particularmente en recursos no convencionales donde hay áreas geológicamente prometedoras “y el ánimo de muchas compañías de continuar apostándole a México con inversión en exploración y extracción”.
Cochran aclaró que las empresas respetan la política energética del país y el gobierno tiene toda la prerrogativa de determinar cuándo abrirá las Rondas. “Estaremos a la espera de, cuando se considere oportuno y siempre de la mano con la administración federal, de emprender nuevas oportunidades”.
Gonzalo Monroy, director de la consultora especializada en el sector energético GMEC, expuso que los 27 mil millones de dólares ejercidos por las empresas son solo una fracción de lo que puede captarse si el gobierno federal impulsará una política energética más abierta a la inversión privada.
El especialista consideró que la producción petrolera de Pemex está estancada porque de los recursos millonarios que recibe (809 mil 800 millones de pesos), la empresa productiva destina 73.2 por ciento para aportaciones patrimoniales o de capital y también para pagar su deuda, el cual asciende a 100 mil millones de dólares.