Hace menos de una semana el dispositivo móvil de Apple cumplió 10 años en el mercado. El 9 de enero de 2007 durante una conferencia en el MacWorld de San Francisco, el ya fallecido Steve Jobs presentó el primer iPhone, marca que después de siete versiones ha vendido más de mil millones de equipos en todo el mundo.
Aunque ahora un iPhone de primera generación podría parecer muy arcaico debido al vertiginoso ritmo al que avanza la tecnología, apenas llegó a su primera década de vida. Sin embargo, para que este ícono móvil viera la luz tuvieron que pasar muchos años.
Desde 1983, la firma con sede en Cupertino, California, ya trabajaba en el diseño de un teléfono de escritorio con pantalla táctil operada con un lápiz stylus con capacidad de procesamiento de datos, idea que no despegó porque parecía más un concepto que un producto que se pudiera comercializar.
La empresa también tuvo una incursión fallida con la producción de una personal digital assistant (PDA) llamada Apple Newton y que constaba con un sistema del mismo nombre que se produjo de 1993 a 1998; sin embargo, es calificado por los especialistas como un fracaso.
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Aunque los PDA´s son poco recordadas, todos los grandes fabricantes produjeron al menos una –HP, Casio, Palm, Sharp, Blackberry y Sony, entre otras-, y aunque comenzaron como agendas personales, pronto se transformaron en microcomputadoras que sentaron un precedente importante en las funciones que realizan los dispositivos móviles actuales.
Muchos fabricantes se dieron cuenta de este potencial. Como Nokia, la empresa que más teléfonos móviles vendía gracias a que fue disruptiva en cuanto a diseños de equipos y funciones, quien comenzó a desarrollar sus primeros dispositivos inteligentes que contaban con un sistema operativo Symbian.
Este sistema fue producto de la alianza de varias empresas de telefonía móvil, entre las que se encontraban Nokia, Sony Mobile Communications, Psion, Samsung, Siemens, Arima, Benq, Fujitsu, Lenovo, LG, Motorola, Mitsubishi Electric, Panasonic, Sharp, entre otras.
Aunque ya existían equipos con capacidades iguales o que superaban por mucho a las del iPhone, su diseño resultó vencedor.
Basado en la tecnología que Apple había desarrollado anteriormente en sus iPod, y en otras intervenciones con Motorola en la que había instalado el famoso iTunes en el equipo Moto Rokr E1, la firma buscó diseñar el teléfono que tenía en mente.
Gran lanzamiento
El iPhone de primera generación contaba con una pantalla táctil con un solo botón físico al frente, muy estilizado y similar a los iPod Nano; contaba con conectividad wifi, correo electrónico, software para mensajes de texto y voz, reproductor de música iTunes y con una cámara trasera de dos megapixeles.
En Estados Unidos el iPhone de 4 gigas se vendía en 499 dólares, mientras que el de 8 gigas costaba 599 dólares.
La firma tenía muchos detractores como Steve Ballmer, ex director ejecutivo de Microsoft, quien decía: “en este momento, estamos vendiendo millones y millones de teléfonos al año. Apple está vendiendo cero teléfonos al año. En seis meses van a tener el teléfono más caro, con diferencia, que ha habido nunca en el mercado”.
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Contra todos los pronósticos, poco después del lanzamiento, Apple comenzó a cosechar el éxito de su equipo. Para 2009 la revista Time lo nombró como el invento del año y para 2001, los beneficios de la compañía alcanzaron la suma de 13 mil millones de dólares, superando con creces los ingresos de empresas como Google o Microsoft.
El caso del iPhone es un éxito, sin embargo ya han caído otros gigantes que estuvieron antes, aunque el modelo no ha tenido muchas modificaciones externas, la gente espera con ansias la próxima generación, hacen filas y acampan días afuera de las tiendas de Mac. Antes de que pongan a la venta un nuevo dispositivo, se especula sobre su nuevo diseño o funciones y tal parece que esto no va a terminar.