Los sistemas de subcontratación, también llamados outsourcing, requieren de un enfoque positivo y de una mejora en la regulación en materia fiscal para enriquecer y perfeccionar la figura, consideró Miguel Pérez García, presidente de la Confederación Mundial de Empleo en América Latina (WEC, por su sigla en inglés).
Pérez García sostuvo que acabar con la subcontratación es ir en contravía de lo que está sucediendo en el mundo entero, ya que los mercados requieren flexibilización, “se trata de formalizar y no prohibir porque esto generaría informalidad y se perderían 5 millones de empleos que están en la subcontratación” comentó.
De acuerdo con cifras del Colegio de México (Colmex), la tercerización ha contribuido a disminuir la informalidad de un 33 a un 22 por ciento. “Si se le da un apoyo mayor, bien enfocada, contribuirá a acabar con ella” apuntó.
Ante la pandemia de covid-19, la subcontratación da respuesta efectiva a las necesidades de los mercados, juega un papel muy importante en el desarrollo de las economías en materia de recursos humanos.
Miguel Pérez García dijo que en América Latina la subcontratación ha dado una respuesta a los cambios dentro de las economías, hay más de 10 millones de personas bajo este esquema con condiciones de trabajo decente y con todos los recursos legales debidamente formalizados como lo promueve la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La OIT, en el convenio 181 del año 1997 en la recomendación 188, reconoce oficialmente la subcontratación a nivel mundial bajo la denominación de agencias de empleo privadas y en muchos países se ha promovido para que se acoja este convenio y formalizar la figura.
Agregó que en México hay que ir por un pacto por el trabajo decente de acuerdo con los lineamientos de la OIT y no por la vía negativa de prohibir el outsourcing, ya que es una figura que da respuesta eficaz a las necesidades de la economía y del trabajo.
AMP