JAPÓN
El primer ministro tuvo que pedir disculpas por el drástico cambio. El pasado 15 de abril, Shinzo Abe amplió el estado de emergencia a todo el país y, un día después, en buena medida presionado por los partidos de la coalición gubernamental, anunció una nueva decisión: entregar una cantidad equivalente a 928 dólares (100 mil yenes) a cada habitante del país, sea nacional o residente con visa de más de tres meses.
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Ante la caída de 90 por ciento en el turismo, el gobierno japonés finalmente aceptó que esta ayuda universal sería el mejor estímulo a la economía.
La entrega se otorga con el apoyo de los gobiernos locales, mediante un depósito en cuentas bancarias, previa solicitud que puede hacerse desde casa.
Shinzo Abe ha sido criticado por su reacción débil y tardía contra la pandemia. Se le acusó de dar prioridad a las olimpíadas y a la economía sobre la salud de los japoneses. Dos semanas después de las fiestas de primavera, generalmente multitudinarias, el país fue declarado en estado de alerta.
Según los sondeos, 77 por ciento de los japoneses piensa ahora que la emergencia sanitaria fue tardía y 57 por ciento opina que el primer ministro carece de liderazgo para manejar la situación.
Antes de este “cambio de modelo”, Japón había decidido entregar una cantidad tres veces mayor a cada uno de los hogares que hubiera perdido el trabajo o los ingresos por motivo de la pandemia.
ALEMANIA
“Vamos a hacer todo lo necesario para defender las empresas y los empleos”, dijo Olaf Scholz, ministro de Finanzas. El 23 de marzo Alemania anunció un plan de rescate inédito ante la desaceleración económica por el covid-19.
En la primera etapa la situación para el gobierno fue buena por su desempeño ágil y claro. Ahora, tras el anuncio del regreso gradual a la circulación en las calles y la apertura de pequeños comercios, las cosas se le han complicado: hay críticas respecto al equilibrio entre ganadores y perdedores, los que pueden salir y los que no. Se le pide justificar cada detalle en sus decisiones.
El plan previó una contracción económica de 5 por ciento y una respuesta con ayudas masivas por parte del Estado, tanto a empresas como a asalariados, de 822 mil millones de euros.
La mayor parte de esta ayuda se ha destinado a garantizar la supervivencia de las grandes compañías alemanas, que por su carácter de principales exportadoras se han visto debilitadas por la situación mundial.
Si están en riesgo de quiebra, particularmente en los sectores de turismo y transporte o servicios a empresas, el gobierno puede tomar alguna participación.
Por otro lado, Alemania ha canalizado ayuda a pequeñas empresas y trabajadores independientes: 600 mil millones de euros para aliviar las peores dificultades. El país contraerá deuda por 156 mil millones de euros.
REINO UNIDO
El 19 de abril, el gobierno británico anunció un fondo de apoyo para startups. Tendrán créditos desde 125 mil hasta 5 millones de libras a finales de septiembre.
Para acceder a los recursos, las empresas deben acumular al menos 250 mil libras de inversión en los últimos cinco años y tener una presencia económica considerable en Reino Unido. El fondo asciende a 250 millones de libras.
A mediados de marzo, el primer ministro Boris Johnson impuso la cuarentena. El avance de contagios era un hecho y tuvo que ceder a las críticas. “Ningún primer ministro querría tomar este tipo de decisiones”, dijo entonces, y prometió estar en constante revisión.
Destinó 330 mil millones de libras (360 mil millones de euros) a créditos garantizados por el Estado para las empresas amenazadas por las consecuencias de aquellas decisiones e incluyó medidas para apoyarlas con 27 mil millones, incluidas condonaciones de impuestos a la propiedad, subvenciones directas para Pymes y a las de sectores más afectados.
“Debemos actuar como cualquier gobierno en tiempo de guerra y hacer todo lo que nos haga falta para sostener nuestra economía”, comentó Johnson.
Además, ofreció ayudas hasta por 25 mil libras a las pequeñas empresas según sus necesidades y permitió un retraso de hasta tres meses en el pago de hipotecas.
ESTADOS UNIDOS
Una nueva P se ha añadido al PPP, el programa de protección de pagos del gobierno estadunidense: problemas.
Un grupo de dueños de pequeñas empresas demandó a Bank of America, Wells Fargo, US Bank y JP Morgan Chase por distorsionar el objetivo del PPP y privilegiar a grandes compañías.
El programa, inicialmente de 349 mil millones de dólares, se diseñó para ayudar a la nómina de los pequeños negocios. El dinero se agotó en pocos días y apenas esta semana el Congreso aprobó otros 320 mil millones de dólares, dividiendo ahora a las empresas por su tamaño para que las auténticas pequeñas puedan tener garantías de prioridad.
El gobierno asumirá la responsabilidad del pago del crédito si la pequeña empresa, bajo el PPP, utiliza los fondos para pagar a sus empleados durante los siguientes dos meses. Se estima que a fines de abril se verá una pérdida de 24 millones de empleos en el país.
Junto con el nuevo PPP se aprobó un monto de 75 mil millones de dólares para hospitales, 25 mil millones para pruebas de covid-19 y otros 25 mil millones de dólares para investigación. La medida es parte de la Ley Cares, un fondo de 2 billones de dólares aprobado en marzo.
El presidente Trump apoyó la medida y anunció en Twitter que después de la firma comenzará la discusión de otra iniciativa para que los gobiernos estatales y locales puedan fomentar el crecimiento económico mediante inversiones en infraestructura.