El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que será muy importante que, tras la contracción de 2020, en México no se confunda una recuperación económica por un efecto rebote, con una mejora estructural de la economía, pues lo más probable es que se siga observando un entorno de inversión mediocre y una tendencia del empleo difícil, con una recuperación del producto interno bruto (PIB) per cápita hasta 2026 ó 2027.
“En el mediano plazo, el reto para la economía mexicana en términos de crecimiento es enorme, en términos de PIB per cápita, difícilmente se regresará a los niveles de 2018 antes de 2026 ó 2027, generando un reto muy importante para retomar un proceso de crecimiento con una agenda que estimule la inversión, la creación de empleos y también una agenda que genere las bases de un nuevo contrato social, para mejorar el apoyo que el presupuesto da a los más necesitados, a bienes públicos y a la infraestructura”, indicó el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner.
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Durante su participación en el Seminario de Perspectivas Económicas 2021, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), señaló que en 2021 la economía mexicana se puede ver favorecida por los contratos para adquirir vacunas y un proceso de vacunación efectivo, así como por una dinámica positiva de la actividad en Estados Unidos, recursos aprobados en 2020 y la posibilidad de un estímulo fiscal adicional.
Sin embargo, “lo importante en el caso de México es no confundir esta recuperación económica importante de rebote y, sobre todo, también de efecto de locomotora de la economía de Estados Unidos sobre la mexicana, con una señal de mejora estructural de nuestra economía que muy probablemente va a seguir exhibiendo un entorno de inversión bastante mediocre y, por lo tanto, una situación de creación empleos de mediano plazo difícil”, indicó el directivo del FMI.
Para cambiar esta situación, aseguró, va a ser necesario un impulso muy importante que venga tanto desde el lado de las reglas del juego para el sector privado para estimular la inversión y generar certidumbre, como muy probablemente, un apuntalamiento de finanzas públicas para garantizar la sostenibilidad de fiscal en el mediano plazo, en un entorno en el cual las finanzas públicas van a tener que hacer más para fortalecer el sector salud, el sector educativo, la redistribución económica y también la inversión pública en el mediano plazo.
Respuesta de salud, fiscal y monetaria pudo ser mejor
Werner explicó que los tres pilares de la respuesta de política ante la pandemia pudieron haber sido mejor implementados, pues hubo una baja intensidad de pruebas para detectar el covid-19 y poca inversión en el sector salud, lo que elevó los contagios y llevó a México a ser uno de los países con las tasas más altas de coronavirus.
En la parte económica, abundó, la parte fiscal pudo ser más eficiente, ante una economía que sufre un choque transitorio importante, pero que tiene acceso al crédito, con un costo de financiamiento para México en niveles históricamente bajos y niveles de deuda no son exageradamente altos en una comparación con otros mercados emergentes.
“México pudo haber hecho más, pudo haber hecho programas que estuvieran direccionados hacia los sectores más afectados y analizando cuáles eran los mejores instrumentos y vehículos para hacerle llegar esos recursos estos sectores afectados, aún en el sector informal había canales y había espacio fiscal para hacerlo”, aseguró el funcionario del FMI.
Además, en la parte monetaria había condiciones para que el Banco de México hiciera algo más parecido a lo que hicieron otros bancos de la región y eso hubiese permitido, no estimular la demanda agregada en el 2020, pero sí generar cierto alivio con efecto en reestructuración de deudas y créditos.
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Alejandro Werner recordó que México entró a la crisis del covid-19 con dos choques muy importantes, el choque petrolero de 2014 que llevó a una caída en la producción de crudo y a que Petróleos Mexicanos (Pemex) pasara de contribuir de forma importante a las finanzas públicas a gravitar sobre el balance público.
Asimismo, México enfrentaba una situación de incertidumbre relacionada con el futuro del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), que se profundizó por la pandemia, la preocupación por el rumbo de las políticas económicas y se reflejó en una caída de la inversión y en un aumento del riesgo país.
lvm