Un verano de miedo

FT Mercados

Los aumentos en las quiebras corporativas y la reducción del gasto de capital son algunos indicadores de que la recesión en el mundo ya comenzó.

“No puedes resolver los problemas de la deuda con más deuda. y los banqueros centrales no pueden generar crecimiento real" (Shutterstock).
Rana Foroohar
Ciudad de México /

Es la calma antes de la tormenta. La volatilidad de los mercados hace dos semanas aparentemente se desató por el conflicto comercial entre Estados Unidos (EU) y China, que se convirtió en una verdadera guerra monetaria. Pero en el fondo, se trata de la incapacidad de la Reserva Federal de EU para convencernos de que su recorte de tasas en julio fue simplemente un “seguro”, a fin de protegerse de una recesión futura. Como cualquier número de indicadores muestra ahora —desde los débiles índices de los gerentes de compras en EU, España, Italia, Francia y Alemania, hasta el aumento en las quiebras corporativas y los despidos en EU—, la recesión mundial ya comenzó.

Es posible que los precios de los activos reflejen esta situación muy pronto. China tal vez calmó temporalmente los mercados al estabilizar el yuan, pero estamos ante lo que Ulf Lindahl, director ejecutivo de investigación de divisas de AG Bisset Associates, llama “un verano de miedo”. Él espera que la reversión media en el Dow, que comenzó en enero de 2018, se convierta en un mercado bajista de una década de duración. 

Es una opinión que se basa en datos, no en emociones. Solo en 20 meses desde 1906, la desviación del Dow de su línea de tendencia ha sido de 130% o más, como lo es en la actualidad. Esos periodos se agrupan de manera bastante alarmante alrededor de los años 1929, 1999 y 2018. “Las acciones de EU se encuentran en el segundo periodo más caro en 150 años”, dice Lindahl. “Los precios deben caer”. 

No creo que la cuestión sea si veremos un colapso, la pregunta es por qué todavía no lo hemos visto. Después de todo, hay muchos participantes preocupados en el mercado, como lo demuestra la horda de bonos con rendimientos negativos de 14 millones de millones de dólares en todo el mundo.


Mi respuesta es que, hasta hace dos semanas, el mercado cerró deliberadamente los ojos a tres cosas. La primera es que no habrá un acuerdo comercial entre EU y China. Ambas partes están desesperadas por alcanzarlo, pero China solo hará un trato entre iguales. Donald Trump es psicológicamente incapaz de aceptar esto, toda su historia demuestra su necesidad de sentir que aplastó a la otra parte. Es una patología que solo aumentará a medida que baje el mercado.

 Ahora, al permitir que el yuan se deslice brevemente después de que Trump calificó a Beijing de manipulador de divisas, China demostró que si el presidente de EU intenta jugar duro en lugar de hacerlo de manera justa, derribará los mercados estadounidenses y sufrirá cualquier dolor. Es una nueva realidad difícil de ignorar para cualquiera.

En resumen, la trampa de Tucídides es real. En lugar de un gran cambio en la política exterior de EU después de 2020 (que ninguno de los principales candidatos demócratas ha articulado), el país está en una guerra fría de varias décadas con China, que reestructurará la economía y la política global. 

Lo segundo que ignoraron los mercados es que fracasó el Plan A de una década de duración de la Fed —cubrir la economía con dinero y esperar la normalización—. 

No existe un Plan B, por eso el oro está en demanda; algunos fondos de cobertura ponen barreras de retiro de efectivo, y los operadores venden en corto algunos bonos de grado de inversión, que se encuentran inmersos profundamente en el territorio de rendimiento negativo. Asimismo, estamos listos para ver una reversión en las entradas de capital a las acciones estadounidenses y al dólar durante los últimos 10 años. Lindahl cree que la moneda de de EU está sobrevaluada en un 25% en su paridad con el euro. 

La Fed intentará cubrir todo esto con más recortes en las tasas. Pero como señala Dave Rosenberg de Gluskin Sheff, “el sector privado en EU se está ahogando con tanta deuda, que reducir el costo del crédito no provocará una gran reacción de la demanda”. Como escribió Sheff recientemente, el término “empujar una cuerda” lo acuñó vez Marriner Eccles, el entonces presidente de la Fed, en marzo de 1935, para referirse a la incapacidad del banco para crear demanda a través de una política monetaria más flexible. 

No funcionó entonces, y no funcionará ahora. No puedes resolver los problemas de la deuda con más deuda. Y los banqueros centrales, con buenas intenciones y desesperados como podrían estar para compensar el daño que causa un presidente errático en EU, no pueden generar crecimiento real; solo pueden mover el dinero. En algún momento, los mercados y la economía real deben converger. 

Creo que ese punto es ahora. El tercer factor que pasaron por alto los mercados financieros es que los planes de gasto de capital se están archivando. Las ventas de viviendas existentes registran una disminución, a pesar de las tasas hipotecarias más bajas. Y tal vez lo más revelador es que los consumidores estadounidenses reducen los saldos de las tarjetas de crédito y su uso de combustible de automoción, dos cosas que son poco comunes en cualquier momento, y mucho más en medio de la temporada de vacacional, como dice Gluskin Sheff. Sin duda, un verano de miedo.


 



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