Cuatro Ciénegas, el paraíso y la tragedia de los comunes

En la tragedia de los comunes todos pierden, pero las criaturas de este oasis extraordinario son únicas en sus genes y en su historia evolutiva.

Sin embargo, esta agua irrepetible y ancestral es un recurso sobreexplotado en el desierto. (Kathia Recio)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Valeria Souza Saldívar

Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos

Cuatro Ciénegas es un humedal enclavado en el desierto chihuahuense, en el estado de Coahuila. De este sitio no sólo es notable la belleza extraordinaria del agua turquesa en la arena blanca de yeso del Jurásico, o las sierras torturadas por la tectónica de placas, sino que este oasis maravilloso es híperdiverso en animales, plantas y, sobre todo, en microorganismos. De hecho, no es una exageración decir que sus aguas, tapetes microbianos y sedimentos son los más diversos del mundo. Esta aseveración suena aún más arriesgada cuando entendemos que este es un sitio poliextremo: sus aguas son muy saladas y son extremadamente pobres en nutrientes —por eso el agua es color turquesa: no hay algas— y su pH puede variar en un mismo sitio desde cinco hasta once. Dadas estas condiciones, ¿cómo puede explicarse que haya tanta diversidad en este sitio?

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