Por: Ariel Rodríguez Kuri
Ilustración: Ricardo Figueroa, cortesía de Nexos
Un libro de texto de historia (o que haga referencia a ella) no hace una historia oficial como un libro de español o uno de matemáticas no hacen una lengua ni unas matemáticas oficiales. Esos libros son programas que se cumplen, se ilustran, se ensayan; son medios, exitosos o fallidos, según cumplan sus funciones en el México democrático y republicano: educar niños, niñas, adolescentes que podrán autogobernarse en el futuro y cambiar (o no) una nación, tal como se los demanden su sensibilidad o necesidades. Para aclarar el punto: un libro de texto de historia (o que refiera a la historia), de distribución gratuita y masiva en las escuelas, producido por el gobierno, no es historia oficial, no en México.