Por: Ignacio Ruelas
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Esta animadversión a discutir la deuda pública a nivel estatal abona, sin duda, a la proliferación de relatos en los que, en búsqueda de obtener réditos electorales, se promete disminuirla o eliminarla. Así, se cierra la posibilidad de discutir en la esfera pública sobre la utilidad de la deuda como una herramienta para financiar la reactivación de las economías locales que han sido golpeadas, sobre todo en épocas de crisis como la causada por la pandemia. En comparación con países relativamente similares —como, por ejemplo, Argentina y Brasil, en donde la deuda subnacional equivale a ocho y trece puntos del PIB respectivamente—, la deuda de los estados y municipios mexicanos aún no representa un riesgo macroeconómico. Esto se debe principalmente a que, en términos agregados, el saldo se mantiene en niveles cercanos o inferiores al 3 por ciento del PIB. Asimismo, esta cifra dista considerablemente del nivel de los países de la OCDE, en los que la deuda subnacional asciende, en promedio, al 12 por ciento del PIB.