Por: Patricio Santillan-Doherty
Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos
En las civilizaciones antiguas, curanderos y chamanes tomaban el papel de sanadores que mezclaban sus escasos remedios con rituales mágico-religiosos y, sin embargo, ya desde ahí se identifica la relación paciente-doctor como una relación enraizada en la confianza y la creencia en fuerzas sobrenaturales. Culturas como la china, la persa, la india y la egipcia ejercieron su influencia integrándose a las escuelas griegas y romanas como parte del legado occidental que es posible trazar hasta nuestros tiempos. Hipócrates y Galeno son figuras históricas que pusieron énfasis en una observación incompleta y que marcaron una visión limitadamente diferente del conocimiento médico; éste se mantuvo durante toda la Edad Media europea, mitigada en favor de la mediación de creencias religiosas; sin embargo, la relación con el paciente permaneció, si bien fue de una manera jerárquica con los sanadores medievales y las instituciones religiosas ejerciendo una autoridad que exigía sumisión completa a cambio de milagros de solución incompleta o nula. Las culturas precolombinas tal vez contaban con acceso a una herbolaria más variada y, en algunos casos, más efectiva pero no se alejaban de lo que sucedía en Europa.