Ni callar ni perecer: la resistencia del periodismo frente a la violencia organizada

Consecuencias de la violencia contra de la prensa en México, posibilidad de informarse sobre los problemas públicos y autocensura como alternativa de periodistas frente al problema.

Violencia contra periodistas (David Peón)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Grisel Salazar

Ilustración: David Peón, cortesía de Nexos

Si bien el repunte de la violencia criminal ha hecho que algunos medios renuncien a informar sobre las actividades del crimen organizado, otros se han negado a abandonar su función informativa, modificando sus estrategias de reporteo para reducir el riesgo. En este sentido, testimonios recabados por investigaciones académicas muestran que la autocensura no es una reacción única, automática ni generalizada frente a la violencia. Por ello no basta con asociar el surgimiento de zonas de silencio con la intimidación del crimen organizado que, sin minimizar su gravedad, representa alrededor de 6 % de las agresiones contra la prensa; si bien hay una enorme cifra negra correspondiente a agresores no identificados. Para comprender el surgimiento de las zonas de silencio es necesario incluir en el análisis las condiciones políticas locales, que pueden recrudecer el retraimiento de la prensa o, por el contrario, favorecer que la prensa encuentre alternativas para continuar con su función informativa.

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