Por: Adolfo Sánchez Valenzuela
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
En retrospectiva, y a la luz de los advertidos propósitos por “reformatear” al INE —cambiar la manera de designar a sus consejeros, reconfigurar la posible asignación de los diputados plurinominales—, no puedo sino sentir una gran necesidad de decir que, además de mi historia, hay al menos miles otras más de muchas personas que trabajaron seriamente para llegar a donde llegamos con el INE, con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con los diputados de representación proporcional y con todas las legítimas aspiraciones de los mexicanos por hacernos de una vida democrática tan limpia y tan transparente como merecemos. Además de lo que se ha hecho en matemáticas, muchísimos trabajos en otras ciencias contribuyeron a llegar a donde llegamos después de la hegemonía del PRI. No solamente hubo trabajo de académicos, sino el trabajo fundamental de luchadores sociales, de líderes comunitarios, de colectivos y comunidades que contribuyeron con su determinación y convicción a la vida democrática del país. No debemos defraudar el trabajo de tantas personas a lo largo de los últimos treinta años.