El horizonte de Armenta

Puebla /

Puebla es el corazón de México. Al menos, así lo aseguró Alejandro Armenta en su discurso de toma de protesta como gobernador. En una ceremonia cargada de simbolismos históricos y promesas de transformación, el nuevo mandatario dejó claro que su administración estará alineada al proyecto y la narrativa de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Es evidente que Armenta no solo gobernará Puebla, sino que también será un eco del gobierno federal y gran parte de sus proyectos parecen depender del respaldo de la Federación. Esto puede ser una ventaja en términos de coordinación, sin embargo, se juega una carta peligrosa ya que si el gobierno federal enfrenta dificultades, Puebla también las sentirá y no debemos olvidar que los ciudadanos juzgan a sus gobernantes locales, no a los federales, cuando las cosas no funcionan.

El reto será que ante promesas grandes no se choque con presupuestos pequeños y la lentitud de la burocracia desde la federación.

Pero, más allá de las palabras, la pregunta que todos nos hacemos es si este nuevo sexenio marcará un verdadero cambio.

Armenta Mier desplegó un discurso sólido, bien estructurado, pero que a ratos cayó en la repetición. Al igual que el de otros políticos de Morena, su mensaje gira en torno a conceptos como “austeridad republicana”, “prosperidad compartida” y “revolución de las conciencias”.

Armenta prometió gobernar con firmeza, inclusión y justicia durante los 2,192 días que durará su mandato. Si bien su discurso apeló al “Amor por Puebla” y a un compromiso de transformación, el verdadero reto estará en llevar a cabo lo prometido. La historia reciente nos muestra que los poblanos no olvidan los discursos vacíos ni las expectativas incumplidas.

En Puebla, los próximos seis años serán un examen constante para un gobernador que comienza con altas expectativas, pero también con una larga lista de problemas heredados por resolver. Si Alejandro Armenta realmente logra convertir sus palabras en acciones, podría pasar a la historia como el líder que consolidó el desarrollo y la estabilidad en el estado.

Porque Puebla, aunque sea “el corazón de la patria”, solo puede latir con resultados.

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Solo es cuestión de cumplir con los formalismos, pero antes que termine la semana, se designará a la nueva Fiscal General del Estado y segunda mujer en ocupar el cargo (antes Procuradora). La primera fue Blanca Laura Villeda.


  • Alberto Rueda
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