En un estado como Puebla, donde la política parece ser la protagonista de todas las conversaciones, esta época del año nos invita a hacer una pausa, a desviar la mirada de las agendas públicas y enfocarnos en las pequeñas cosas que realmente hacen que la vida valga la pena.
La Navidad no entiende de ideologías, partidos ni colores. Es un recordatorio de lo esencial, como el abrazo de los seres queridos, la risa alrededor de una mesa y la magia que despierta la generosidad. Porque en medio de debates legislativos, promesas electorales y titulares que a veces nos desaniman, está la oportunidad de celebrar lo que nos une como sociedad.
Hoy, propongo dejar de lado los desacuerdos y enfocarnos en las historias que verdaderamente inspiran.
Que la solidaridad, la empatía y la alegría compartida sean los temas de nuestras conversaciones, aunque sea por unos días.
En un año que ha estado marcado por desafíos electorales, económicos, decisiones gubernamentales y, por supuesto, las inevitables polémicas políticas, la Navidad nos ofrece la posibilidad de reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.
Porque al final, no todo es política. Hay espacio para el amor, la gratitud y el anhelo de un año mejor. Y si bien la política busca transformar nuestras vidas, es en los valores que cultivamos en familia y comunidad donde encontramos la verdadera fuerza para cambiar nuestro entorno.
Así que, en estas fechas, dejemos por un momento los análisis, apaguemos las notificaciones, salgamos de las redes sociales y dediquemos tiempo a nuestras familias y amigos. Volvamos a contar las historias de la niñez, a reírnos de los chistes repetidos y a disfrutar de la comida que, año con año, se convierte en el mejor pretexto para reunirnos.
Querido lector, desde esta trinchera de palabras, le deseo una Navidad llena de momentos que le hagan sentir pleno.
Esta columna, que regularmente sirve como espacio para reflexionar sobre el devenir político y social, hoy se transforma en un mensaje de gratitud y buenos deseos. Porque si algo nos enseña la Navidad es que siempre podemos encontrar un motivo para creer en un mañana mejor, en un México más justo y en una Puebla más unida.