¿Puedes pagar?

  • En Corto
  • Alejandro Maldonado

Estado de México /

“TD Bank” es un banco canadiense que mantiene operaciones en los Estados Unidos, y que justo ayer estuvo en el centro noticioso financiero. Resulta que empleados de la institución compraron 57 mil dólares en tarjetas de regalo para poner en ellas 470 millones de dólares en depósitos en efectivo de una red dedicada al lavado de dinero de cárteles de la droga. Imaginaban que de esta manera burlarían la ley, pera las autoridades detectaron el hecho y se determinó que ahora el banco en cuestión tendrá que pagar 3 mil 100 millones de dólares en multas.

¿Cómo podemos pagar tú y yo la deuda de violar continuamente las leyes del Dios eterno? ¿Qué le podemos ofrecer al Creador de todo lo visible e invisible para liquidar nuestra deuda? Hay quienes creen que donando dinero y haciendo buenas obras el asunto queda saldado. Otros consideran que llevar a cabo ritos, ceremonias y tratar de ser “lo mejor que se pueda” ayudará a equilibrar la balanza. Habrá quienes piensen que “viviendo una vida moral” o practicando cualquier religión es suficiente. A otros de plano el asunto del pecado y sus consecuencias aquí y por la eternidad, les tiene sin cuidado.

El apóstol Pablo hace una solemne advertencia: “Dios no puede ser burlado” (Gálatas 6:7) Si en este mundo hemos visto una y otra vez que, tarde o temprano, famosos criminales acaban muertos o en prisión ¿qué nos hace pensar que podremos escapar del juicio de Dios?

En el libro a los Romanos, Pablo nos recuerda que no hay un solo hombre justo en esta tierra; que todos somos pecadores y que todos estamos destituidos de la gloria de Dios. Dicho clara y directamente: estamos perdidos.

Las “buenas nuevas”, o “Evangelio”, consiste en que Dios mismo pagó nuestra deuda en la cruz del Calvario. Por amor a ti y a mí, Jesucristo recibió voluntariamente nuestro pecado, juicio y castigo, para salvarnos: “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”, (Colosenses 2:14)

Nuestra deuda es tan horrenda que en igual proporción fue su liquidación en la cruz. No hay salvación fuera de Cristo. Toma este momento para creer y agradecer su sacrificio. Pídele que venga a morar a tu corazón y transforme tu vida. Jesús no rechaza a quienes acuden a Él.


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