Prevención del suicidio

Hidalgo /

Desconozco por qué el 10 de septiembre es el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Tampoco es que me interese demasiado averiguar. Cada año, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) propone un tema para discutir el “problema” del suicidio desde distintas perspectivas, y este año ha sido “cambiar la narrativa”, con el llamado a “empezar la conversación”. El objetivo es promover conversaciones abiertas sobre el suicidio para ir de una cultura silenciosa y basada en el estigma, a una de apertura, entendimiento y apoyo. Según los sitios tanto de la Organización Mundial de la Salud, como de la IASP, “cambiar la narrativa requiere abogar por políticas públicas que prioricen la salud mental, aumenten el acceso a la atención y brinden apoyo a quienes lo necesiten”.

Puedo decir que, desafortunadamente, sé lo que es la depresión y la insondable tristeza, la desgana y la sensación de abandono y desamparo (la cuarta palabra desde la Cruz: Elohí, Elohí, Lama Shabajtaní!), vaciarse de propósito y la soledad. La soledad. Supongo que las campañas son bienintencionadas, detrás de ellas hay mucho dolor y pérdidas. Pero también creo que el cambio en la narrativa implica aceptar algunas cosas y ponerlas sobre la terrible mesa de la discusión pública:

1. Las mentiras blancas más atroces de la promoción antisuicida son las acomodaticias “No estás solo” y “Habla”. Nadie que no haya sentido ese dolor desamparante podría negarlo. No importa lo que digan: nadie quiere lidiar con un triste, y no porque no sepan hacerlo… Tenemos que aprender a estar solos con nuestros pensamientos, aunque sean horribles.

2. En lugar de campañas centradas en la experiencia externa que rodea al potencial suicida, deberíamos presionar a nuestros gobiernos progresistas y luchar por dos cosas: acceso gratuito y democrático a tratamientos psicológicos y psiquiátricos verdaderamente efectivos y legislación del suicidio asistido. Creo que nadie debería ser obligado químicamente a vivir si su vida es existencialmente dolorosa e irremediablemente insatisfactoria.

Escribo y hablo desde el dolor propio y también desde el ocasionado por la pérdida, la incomprensión y el vacío que dejó en mi mundo la decisión de mi mejor amigo.


  • Alfonso Valencia
  • @eljalf
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.