Las administraciones municipales, estatales y federal llegan a su fin y poco a poco vemos a funcionarios que se apuran para terminar de la mejor manera su mandato, conforme a los resultados prometidos a aquellos que los eligieron para desempeñar ese puesto.
Algunos lograron la elección consecutiva y se apresuran para llegar a las metas planteadas, por ejemplo, en inversión, o calles rehabilitadas, kilómetros de ciclovía o construcción de alguna gran obra, pero todos a final de cuentas tienen pendientes, como el de la seguridad, y esto compete a las autoridades de los tres niveles.
Otros ya terminan en fechas próximas y lo que buscan es cerrar sus administraciones completando los compromisos que adquirieron con otros funcionarios, ya sea dejando a este o a aquel en un nuevo puesto, cualquier semejanza con los últimos nombramientos en Guanajuato, es mera coincidencia.
También aprovechan para congelar aquellas iniciativas ciudadanas, como la de transparencia en las licitaciones gubernamentales, u otras que no cuentan con su simpatía, su interés o son de su autoría.
De igual manera le cuelgan a sus sucesores la obligación de mantener o apoyar tal o cual proyecto, con el uso de recursos públicos correspondientes, que muy probablemente la nueva administración utilizaría para otros fines.
Mientras que en el plano federal, eso ya es otra cosa. El Presidente Andrés Manuel López Obrador está cerca de irse, pero no dejará de estar presente ya que le impone la agenda a la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
Y para muestra el paquete de reformas impulsadas por AMLO, quien, no conforme, va por el Plan C a como dé lugar y primero le toca al Poder Judicial, para eso se hacen los foros de ¿discusión? Mero formulismo porque la 4T va como sea.
Mientras tanto los ciudadanos renuevan sus esperanzas de encontrar una mejoría en su bolsillo, en cuestión de salud para sus familiares, empleos, programas sociales, y algo de seguridad, de la manera que sea que combatan a la delincuencia. En este rubro los pendientes son preocupantes.
Más allá de grillas y broncas en la arena política, esos ganadores de los puestos públicos deben voltear a quienes los eligieron.
Ellos piden respuestas, aunque no siempre se vea la exigencia hacia aquellos que tomarán la administración pública.