A unos días de que fuera presentada la iniciativa de reforma al Poder Judicial de la Federación, los trabajadores comenzaron un paro de labores que han prolongado indefinidamente.
Existe un video que circula en redes sociales que da cuenta de un grupo de integrantes de la judicatura quienes amagaron al Secretario, Actuaria y a un Juez de Distrito en el Estado de México por pretender seguir trabajando y no adherirse al paro.
En este clip, una mujer grita, estridente después de que le cuestionan por sus fiestas en horarios laborales en las mismas instalaciones, en el mismo, los trabajadores a favor de la detención de actividades judiciales exigen a los disidentes que se sumen al paro o en su caso no permitirían que existan condiciones para que puedan desarrollar sus actividades.
Y así, de apoco, comienza a desmoronarse, desde las entrañas, el movimiento que en un inicio se antojaba legítimo, genuino.
Ahora comienzan los encontronazos -inertes por cierto- toda vez que la reforma ya fue avalada por dos de los tres poderes que dirigen los rumbos del país, es decir, resulta infructífero el paro y el movimiento, porque ya es un decreto constitucional.
Podemos criticar las formas, pero el fondo ya está decidido, sí o sí habrá elección, a través del voto popular de jueces, magistrados y ministros, la mitad de los actuales se irá de facto y la otra mitad, en 2025, será renovada con perfiles que califiquen de acuerdo al nuevo formato:
Licenciatura en derecho con un mínimo de ocho de promedio escolar, cinco años de experiencia y cinco cartas de recomendación que podrán emitir los vecinos, requisitos por cierto que fueron objeto de burla de un equipo de juzgadores internacionales de la universidad de Harvard después de escuchar cómo sería la elección de estas importantísimas posiciones con la reforma al Poder Judicial.
Por último, el Consejo de la Judicatura Federal aprobó la finalización del paro de labores de los trabajadores del Poder Judicial.
La reanudación de las actividades en los tribunales y juzgados del país estaba pactada para el pasado jueves, de lo contrario, comenzarían a descontar a los que se resistan a regresar a los trabajos administrativos.
Ni hablar, la ley es la ley.
angel.carrillo@multimedios.com