Entre los retos que el anterior inquilino de Palacio Nacional le dejó a Claudia Sheinbaum está el de la seguridad pública y el combate a la delincuencia organizada, cuya impunidad abonó todo el sexenio pasado, con su dicho de “abrazos, no balazos”. Su herencia o “encargo” ha ocasionado no sólo que se mantengan las cifras de homicidios dolosos, sino que hayan aumentado.
Hablando del mes pasado, las cifras oficiales reportaron que la bienvenida a la señora Sheinbaum consistió en que en su primer mes en la silla se registraron 2 mil 293 homicidios, y todo indica que este mes será peor, pues en este fin de semana hubo dos masacres: la de Querétaro, de diez asesinados y trece lesionados, lo que causó conmoción nacional, y los seis asesinatos en Cuautitlán Izcalli, Estado de México.
Todo indica que hace falta volver a aplicar el operativo rastrillo, aunque no lo hayan diseñado los funcionarios morenistas, para sacar de sus madrigueras a los delincuentes, y ponerlos a buen resguardo…
Todo indica que no es un problema generalizado, porque a pesar de los eventos del fin de semana, sitios como la Central de Abastos de Toluca es un lugar de los más seguros para realizar sus compras, pues tiene su propia seguridad, además de la participación de otras corporaciones y se aprecia la presencia de elementos de la Secretaría de Marina en el interior de este gran centro comercial…
Aunque suene a broma, pero el proceso electoral del 2 de junio pasado todavía no se termina, y la prueba está en que aún hay procesos iniciados con motivo de delitos electorales, como los cometidos por el candidato de Morena a presidente municipal en Almoloya de Juárez, el “Chiquillo”, de quien se dice que cínicamente cooptó electores a través de cuenta bancaria, ¡para lo cual colocó “Códigos QR” para la compra del voto! Y todavía pelea su “triunfo”, el cuál por supuesto no obtuvo, contra el actual alcalde que se reelige, Óscar Sánchez García.
¡Se cuida, y nos leemos!