Cuando el británico Harold Macmillan, primer ministro del Reino Unido de 1957 a 1963, recibió la pregunta de un periodista ¿qué podría descarrilar su naciente gobierno? él simplemente respondió: “eventos, sólo los eventos”. Bueno, tenía razón. Los presidentes recién electos llegan al poder cargados de planes y promesas, pero lo usual es que su agenda se desvíe al tener que responder eventos que nadie había anticipado. Trump y su gobierno no son inmunes.
En varios países se enfrenta un cambio radical en los regímenes de gobierno, y se trata de un momento histórico que conlleva algunas crisis políticas y sociales que se detonan por una falta de legitimidad política tanto de la forma de gobierno como de la administración gubernamental misma.
Sin duda Trump goza de un enorme poder político que le han dado los votantes y los grandes recursos del sector público le darán a gobierno un amplio margen de maniobra, pero que enfrenta el riesgo de una serie de crisis internas e internacionales que pueden sacudir a la nación y que requerirían del gobierno respuestas y reacciones que no estaban en sus planes
De igual forma la economía también puede sorprender al mundo y al gobierno de Trump, ya que nos hemos acostumbrado a que periódicamente un país o un sector específico como la construcción, por ejemplo, entra en crisis ante la vulnerabilidad económica que ya existe tal como los enormes crecientes déficits fiscales, las frágiles redes de suministro y la guerra comercial con China. Además de los costos de las guerras entre Ucrania y Rusia y del Oriente medio. Todos estos frentes representan amenazas.
Todos estos cambios crean un ambiente lleno de consecuencias no anticipadas que limitan la acción gubernamental de Trump. El sistema judicial representa otro flanco que tendrá que enfrentar y que puede bloquear algunas de sus iniciativas.
La 4T valorará el contrapeso de un poder judicial estadounidense autónomo, libre, que puede de servir de instancia para detener los impulsos trumpianos que quieran dañar la relación comercial con nuestro país. Lo que son las cosas.
Al final los eventos, sólo los eventos, se van a encargar de la gestión de Donald Trump.