“Mi vida de héroe no tiene nada de particular” escribió García Márquez en su famoso reportaje “Relato de un náufrago”, que cuenta en primera persona la historia de un marino que estuvo 10 días flotando en el mar Caribe tras un accidente naval que las autoridades militares negaron. La crónica periodística causó un gran escándalo en 1955 y obligó a su autor a exiliarse.
Casi 70 años después, Lesly, la mayor de los cuatro hermanos que sobrevivieron 40 días perdidos en la selva tras un accidente aéreo, podría afirmar que su vida de heroína “no tiene nada de particular”. “Cuando desperté había mucha sangre (...) Escuchaba a mis hermanitos llorar”.
En los niños perdidos se reconstruye el rescate que protagonizaron voluntarios indígenas y fuerzas militares después de que la aeronave en la que viajaban los menores junto a su madre y otros dos adultos se estrellara en plena selva amazónica. Solo los niños Lesly, Soleiny, Tien y Cristin, entonces de 14, 9, 4 y un año, respectivamente, sobrevivieron al siniestro.
La mayor de los hermanos, Lesly, retrata la dureza de pasar 40 días luchando por sobrevivir, admite que hubo un momento en el que decidió abandonar a sus hermanos. “Me fui, pero a los 20 minutos me arrepentí y supe que tenía que volver. Sabía que tenía que protegerlos. Lesly cargó con la responsabilidad de cuidarlos y guiarlos ante los peligros de la jungla donde los niños deambularon en un entorno hostil y habitado por criaturas voraces.
“Mi mamá me enseñó mucho sobre frutas que podía comer en la selva, pescamos algunos peces. Nos los comimos crudos. Sabían horrible”, relató. Los niños fueron encontrados con signos de desnutrición.
Además de una historia de rescate, el documental es también una historia de unidad, colaboración y superación de diferencias políticas y sociales que se tuvieron que dejar a un lado. Indígenas, soldados y sociedad civil tuvieron que enfrentar unidos un reto mayúsculo, encontrar a los sobrevivientes. También se demuestra la importancia de la sabiduría y cosmovisión indígenas para hallar con vida a los niños. El filme desgrana la desconfianza inicial que mantuvieron los voluntarios indígenas y los militares durante la búsqueda, llamada en Colombia “Operación Esperanza”.
Esta narrativa en particular llama la atención por la cruda realidad sociopolítica de la Colombia de hoy, penetrada por una violencia que no cesa, a pesar de los esfuerzos de los sucesivos gobiernos, la sociedad civil y la cooperación internacional y un accidente que dotan destellos de una increíble resiliencia y fortaleza humanas, no solo en la lucha de los niños por sobrevivir solos en la selva, sino también en la forma en la que los rescatistas indígenas y el Ejército lograron superar sus diferencias y temores para unirse en una misión peligrosa y épica para rescatar a los niños.
También se pone en evidencia la ignorancia que tiene la comunidad internacional sobre el mundo indígena. La historia de los niños mantuvo en vilo a Colombia y al planeta durante semanas.
Claudia Sheinbaum tiene varios retos al iniciar su sexenio, pero uno de los más importantes es hacer frente al enorme vacío que dejaron seis años de polarización, donde hay un enorme sector de la población, entre ellos numerosos empresarios y los trabajadores del Poder Judicial, que dejó el presidente López Obrador.
Más allá de cualquier ideología y postura política, Colombia logró unirse como un solo pueblo para enfrentar la búsqueda de los cuatro niños perdidos en la Amazonía colombiana. México debe de entender que debemos cerrar la vena abierta que sólo divide y desangra la esencia de nuestro país.