La política económica de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, es y será humanista, siempre dando las condiciones y certidumbres para el avance del nearshoring y la alta productividad en México, entrelazando el desarrollo la infraestructura nacional que le proporcione bienestar, mejores ingresos cuyo resultado sea la felicidad a las y los mexicanos.
Se trata de impulsar la llamada prosperidad compartida que es el crecimiento económico buscando siempre mejorar la vida de las y los mexicanos.
Los retos son multidimensionales, es decir, debe seguir impulsándose la macroeconomía, pero al mismo tiempo generando valor cuyo resultado impacte directamente en el bienestar.
La pregunta automática y obligada es ¿cómo se realizarán estos objetivos?. Y la respuesta está en los ejes estratégicos que se desarrollaron mediante Diálogos por la Transformación que encabezó Juan Ramón de la Fuente, que incluyeron varias propuestas de varias y varios especialistas como AltaGracia Gómez entre otros.
Siendo esta una de las áreas en las que he participado en su investigación e implementación, hay que entender que las bases para el impulso de la infraestructura nacional estan sentadas y forman parte del proyecto de nación así como la modernización de puertos y aeropuertos, aduanas, pasos fronterizos, trenes de pasajeros y de carga, refinerías y el mejoramiento de los sistemas de energía del país, con el fin de hacer a México más atractivo para las inversiones para aumentar la relocalización, único camino de la prosperidad compartida.
Si pensamos en geopolítica, el nearshoring o relocalizacion, es producto del claro entendimiento por parte de nuestros socios comerciales de que nuestra nación es mejor socio que China y que, en esa lógica la política macroeconómica que se plantea debe ser convertir a México en un centro de generación de valor, hay ejemplos en el mundo como el de Waterloo en Ontario, Canadá que entendió que era mejor pasar de productor de autos el mejor lugar de desarrollo tecnológico o de internet de las cosas, favoreciendo incluso a Kitchner que es la ciudad vecina o bien, Lovaina, Bélgica, el mejor lugar para el conocimiento científico o desarrollo de sensores, que entendió que la mejor forma de evitar la fuga de talento, era implementando zonas industrias, con centros de investigación y aceleradoras de proyectos financiados por el gobierno y las empresas privadas.
No menos importante es quiénes podrán conducir estos objetivos de gran importancia para los connacionales y para el país mismo.
La primera mujer Presidenta de México integró en el área de nearshoring a la Altagracia como ya lo mencioné y a quien escribe estas líneas en la promoción de parte del proyecto.
¿Cómo vamos a empezar? Ya la doctora Sheinbaum mandó señales de que se requiere de un entorno macroeconómico estable, como la participación de Juan Ramón de la Fuente reconocido servidor público de niveles internacionales y la ratificación de Rogelio Ramírez de la O, en la titularidad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo que ha dado mucha tranquilidad.
Una señal valorada, es que entre sus primeras actividades como virtual presidenta electa, tuvo una llamada telefónica con la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva; con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga; y con Mathias Cormann, secretario general de la OCDE.
Estas y muchas otras muestras de voluntad política, ha compartido la doctora Sheinbaum, que seguramente darán mucha confianza al mercado, y no solamente estabilidad. Sin embargo, es importante subrayar que la presidenta elegida por las y los mexicanos, ha hablado también de reducir el endeudamiento, sin descuidar la dimensión social.
También se buscará impulsar políticas públicas que fomenten el crecimiento económico de las empresas, y una mayor participación regional de las compañías mexicanas. Y se impulsará de igual forma aprovechar la oportunidad del fenómeno de la relocalización para que esa inversión genere inversiones reales, pero sobre todo, que generen empleos bien pagados, nunca ofreciendo el salario como la ventaja competitiva sino el talento y la generación de valor como la premisa de bienestar.
Esto es lo que la doctora Claudia Sheinbaum llama prosperidad compartida.
Durante muchos años los neoliberales plantearon como teoría económica, la idea que el trabajo se tenía que ver como capital humano. Y esta idea le hizo mucho daño al país porque generó una enorme desigualdad social. Al trabajador no se le puede ver como capital, se le tiene que ver como lo que son: personas.
Es así que la dimensión social y la prosperidad compartida tienen que ver con la atracción de las inversiones, pero que generen mejores condiciones salariales para los trabajadores con el fin de no generar pobreza y desigualdad social.
Uno de los principios que debemos seguir es fomentar la creación de empresas que se surjan en México y beneficien a los mexicanos. Sí así como las startups fueron fuente de creación de valor con empresas que encabezan la lista mundial de ingresos como Amazon, Starbucks, AirbnB, Uber y más, pero que dejen los recursos obtenidos en el país, y no saquen del territorio como lo hacen estos comercios extranjeros, pero sobre todo que esta prosperidad se comparta con quienes aportan valor a estos negocios.
En consecuencia, luego de impulsar la relocalización, de terminar con la infraestructura nacional y conseguir la creación de empresas nacionales y conocimiento, entonces y solo entonces, debemos medir los resultados no con el Producto Interno Bruto (PIB), no con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), sino con índices de felicidad utilizada para medir niveles de política pública.
Una felicidad que proporcione a los mexicanos altos estándares de salario, educación, vivienda, salud, emprendimiento y cultura, expectativa de vida y el derecho a la no corrupcion y paz, que será sin duda una meta que logrará el nuevo Gobierno de México encabezado por la doctora Claudia Sheinbaum. Así será la prioridad económica en la nueva administración federal que comenzará el 1 de octubre de 2024.