¿Más bancarización o más habilitación?

Ciudad de México /

Hace ocho años Héctor Cárdenas y dos socios (y ex compañeros canadienses de la Universidad de Waterloo) lanzaron Conekta, un servicio en México para que personas sin tarjeta de crédito pudieran hacer compras en línea. No es ninguna una novedad que vivamos en un país por un lado sub-bancarizado (solo 37% de la PEA tiene una cuenta), pero con los niveles de adopción y consumo digital más importantes del mundo (para muestra, CdMx es el lugar que más ingresos genera en todo el mundo a Spotify).

Conekta logró procesar pagos seguros entre plataformas de e-commerce y clientes que solo pagan en efectivo, que son 9 de cada 10 transacciones en el país.

En 2016, Conekta recibió cerca de 7 mdd de inversión de un pool formado por diferentes fondos de inversión y de Femsa Comercio. Era la primera vez que la empresa que inventó el exitoso formato de los Oxxo invertía en una fintech y la razón no era menor: sus tiendas se habían convertido en la mayor red de cajeros del país con una enorme captación de dinero de quienes imprimían un cupón y pagaban en efectivo una compra en Mercado Libre, por ejemplo.

La pandemia ha sido como levadura para los sitios de venta en línea y para los intermediarios como Conekta. “En estos meses hemos triplicado el número de negocios nuevos a los que prestamos servicio y ciento por ciento el nivel de transacciones que se realizan”, me dice Cárdenas. Los crecimientos de venta en línea el primer semestre con su plataforma son impresionantes: 538% creció la venta de consolas y videojuegos, 468% compras en tiendas de deportes, 333% tiendas departamentales, 248% en calzado, 166% ropa y 91% streaming de video.

Aprovechando esta ola, lanzaron la iniciativa “Para que todos puedan”, un directorio con 600 pymes que venden en línea para que promocionen sus productos y profesionalizarlas y proteger sus servicios digitales.

Uno de los valores con los que cuenta el servicio de Conekta y que ofrece a las empresas es que no solo procesa pagos sino que cuenta con uno de los modelos antifraudes más sólidos del mercado. “Los mexicanos somos muy buenos, muy creativos a la hora de los fraudes en línea, algo que se multiplicó ciento por ciento al inicio de la epidemia. Estamos como en el Viejo Oeste en México. Más que bancarizar hay que habilitar a la gente”, agrega.

La seguridad es un punto central del desequilibrio entre la enorme demanda contenida (y ahora efectiva) y la poca penetración de la banca en línea en la población: somos el país más inseguro para operaciones digitales de la región: 14.3% de las órdenes en línea hechas desde nuestro país son rechazadas por sospecha de fraude versus 9.2% del promedio latinoamericano.

La inseguridad es uno de los contrapesos más poderosos no para el crecimiento de las ventas en línea (que vemos son imparables) pero si para que la gente se bancarice. ¿Cuántos hemos sufrido el doble castigo de tratar de que el banco donde está nuestra cuenta nos apoye cuando nos hacen un cargo incorrecto o fraudulento?

barbara.anderson@milenio.com
@ba_anderson

  • Bárbara Anderson
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