Con la parte mexicana ya resuelta desde hace meses, la aprobación del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) depende en gran parte de lo que hayan conversado ayer martes Nancy Pelosi y Richard Trumka en Washington.
Se trata de la presidenta de la Cámara de Representantes de EU y del presidente de la AFL-CIO, la poderosa y superubicua federación de sindicatos de ese país.
Ambos convinieron en reunirse para revisar el apoyo gremial a la postura del Partido Demócrata rumbo a la aprobación del T-MEC en el Congreso estadunidense.
Mientras los republicanos dan por hecho su voto a favor del reemplazo del TLCAN, los demócratas han encendido el debate al mostrarse en meses recientes más a favor del nuevo acuerdo comercial que el propio Donald Trump y sus acólitos republicanos.
Así, mientras se corre en paralelo con la investigación del juicio político contra Trump por las presiones para que el gobierno de Ucrania procediera en contra de sus rivales políticos, algo que aterra a los republicanos (si bien algunos de ellos apoyan la llamada inquiry), Nancy Pelosi y sus huestes aseguran que dan la pelea para aprobar el T-MEC este año.
Esta “aparente contradicción”, como la llamó en un editorial el Wall Street Journal, es algo que se debe agradecer, refirió el poderoso diario financiero.
Asimismo, saluda el hecho que Pelosi afirma que bajo su liderazgo, los representantes demócratas están muy cerca de cerrar un acuerdo con la Casa Blanca para aprobar el acuerdo bajo los preceptos que envió Trump.
Falta que los demócratas, sobre todo los que están en su primer término como representantes en el Congreso (los freshman Democrats), puedan convencer a Trumka de que el acuerdo comercial también tendrá beneficios para sus agremiados.
El problema para Nancy Pelosi es que Trumka ha dicho previamente que a la AFL-CIO no la mueve la prisa en este caso y que “apresurarse a aprobar un acuerdo no ideal podría ser peor que pasarlo como está”.
Trumka reconoce que hay avances en cuanto a los temas comerciales en el acuerdo, pero no en la parte laboral, que es su prioridad.
¿Qué pide Trumka? La certeza de que el T-MEC va a dar al sector laboral auténticos dientes para exigir que los capítulos respectivos se cumplan en los tres países.
Es decir, básicamente, que el gremio sindical estadunidense pueda exigir en cualquiera de los tres países miembros del T-MEC que se cumplan las leyes laborales.
Con el acuerdo aprobado ya en México, nadie ha dicho nada sobre un eventual intervencionismo sindical mientras la 4T mueve las estructuras de los gremios en el país.
barbara.anderson@milenio.com
@ba_anderson