La peligrosa ideología de Donald Trump del supremacismo

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  • Bernardo Barranco

Estado de México /

El triunfo de Donald Trump recrea temores que brotaron en su primer periodo como presidente, generando preocupación. Nos referimos al supremacismo blanco, para muchos una ideología salvaje, para otros es una religión política.

En la definición del diccionario de Cambridge, supremacismo es la creencia de que la raza blanca o grupo particular de personas debería liderar o tener control sobre grupos porque son mejores que ellos. Es un estatus de autoridad que la raza blanca tiene porque cree poseer las condiciones y la calidad genética de mayor poder. Es también la supremacía militar y económica que legitima dicha superioridad.

Las personas supuestamente superiores pueden definirse por edad, género, raza, etnia, religión, orientación sexual, idioma, clase social, ideología, nacionalidad, cultura, generación o pertenecer a cualquier otra parte de una población particular.

El feminismo, por ejemplo, choca con este supremacismo que es esencialmente masculino.

Sustentan que EU es el país elegido por Dios para expandir una noción del cristianismo y de la palabra divina. Tiene el derecho, por tanto, del dominio político, económico, racial y religioso. Dicha supremacía blanca combate a otras etnias como los afroestadunidenses, latinos y hasta judíos.

El supremacismo norteamericano está expandido en las miles de Iglesias protestantes y evangélicas blancas en Estado Unidos, mismas que jugaron un papel determinante en el resultado final del proceso electoral 2024. Dicha hegemonía blanca la encontramos desde los orígenes de la nación al justificar la extinción de los grupos originarios y amparar la esclavitud. Pese a los históricos movimientos por la igualdad y defensa de los derechos humanos de las minorías, el supremacismo persiste en el sustrato social anglosajón de mayores ingresos, en un país marcado por las continuas olas migratorias de todo el mundo. Un importante repunte de la preponderancia racial blanca la encarna peligrosamente Donald Trump, presidente electo de los Estado Unidos.

La aplastante victoria en su regreso a la presidencia es un retorno peligroso. Sin contrapesos reales, Trump regresa a la Casa Blanca en enero como uno de los presidentes más poderosos de la historia, podrá sacar ventaja de sus propios obstáculos que tuvo durante su primera presidencia.

Sus diatribas nostálgicas sobre la recuperación de un pasado cristiano blanco perdido impulsaron su ascenso al poder presidencial y ha continuado con esta estrategia en 2024. La misión militante del próximo presidente es devolver el poder a la América cristiana blanca.

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