Siempre cimbra escuchar el toque militar ‘Silencio’. Es breve. Cuarenta y cinco segundos. Pero la experiencia es muy fuerte. Remite al dolor. La Bandera está desmayada. A media asta. La ceremonia de izamiento ha sido encabezada por el Presidente de la República, enfundado en un abrigo corto color oxford. A su lado derecho, la Presidenta electa.
La ceremonia comenzó a las 07:19 de la mañana en punto. En la fatídica hora de la fecha maldita -sin sustento científico, con sustento calendárico-. Tres terremotos en diecinueve de septiembre. El de 1985, lo cambió todo. Miles de víctimas y millones de héroes y heroínas. De ahí surgió otro país. Luego el del 17, luego el del 22. Realismo mágico, místico, brújico. Con ceremonia oficial.
De ahí, una cuadra a la conferencia ‘mañanera’. Ayer dijo que no iba a haber informe, puro ejercicio circular con los reporteros y youtuberos. Pero dice el que dice, que ‘es de sabios cambiar de opinión’. Durante una hora dan cuenta sobre el Programa Nacional de Reconstrucción, en vivienda, educación, salud y cultura, especialmente con todo lo afectado en el sismo de 2017. Participa cualquier cantidad de funcionarios y gobernadores, ahí, o por zoom.
En la sesión de preguntas y respuestas, la primera de a de veras, hablando de soberanía, ¿cómo va la ‘pausa’ que hizo el gobierno (con la embajada de EU). “Bien… ellos abiertamente han dejado de intervenir, porque cometieron el error de opinar en contra de la reforma al Poder Judicial”. Le preguntan si ya no va a recibir al embajador Ken Salazar en lo que resta del gobierno: “No hay necesidad”. Pausa prolongada.
¿Algún informe sobre El Mayo? Lo aprovecha para subirle a la estufa, a todo lo que da: “Ellos hicieron un acuerdo y no nos informaron…. el Departamento de Justicia llevaba a cabo pláticas con uno de los grupos de la delincuencia en Sinaloa y tenían acuerdos; incluso, soltaron o le dieron un estatus distinto a uno de los detenidos en Estados Unidos, al mismo tiempo que se llevaron a otro personaje… y eso requiere una explicación”.
¿EU es corresponsable de la violencia que se vive hoy en Sinaloa? “Sí, claro que sí, sí… por haber llevado a cabo ese operativo”. Dijo operativo, y dijo sí. Remate: “no puede haber una relación de cooperación cuando se toman medidas unilaterales, no puede aceptarse eso”.
Sobre el manuscrito de García Luna, insiste. Hoy es la audiencia: “dice en su carta, malaconsejado, de que tiene videos y grabaciones. Pues que las muestre. Si muestra… con eso tiene, ¿no? Se salva de la sentencia”.
Sobre su futuro en bronce y cemento: “no quiero dar a conocer mi testamento porque mi familia me dice que no, no están de acuerdo. Pero es que a mí gustaría darlo a conocer, porque ahí hablo, escribo, dicto al notario que no quiero museos, ni estatuas, ni el nombre en calles, ni escuelas, ni nada, o agrupaciones con mi nombre”.
Habla de Tolstoi como su inspirador: “Yo tengo, por ejemplo, de él su concepto de felicidad, que no tiene que ver con lo material, que tiene que ver con estar bien con uno mismo”. Pide nuevamente por su futuro: “ya nos hemos visto mucho, nos hemos querido, nos vamos a seguir queriendo, es amor eterno, lo único que pido es que ya no me busquen”. Y tiene una buena idea, convincente: “El que me vaya a ver es un conservador en potencia, ¿no?, disfrazado de simpatizante”. Risas.
Hace otra vez la pregunta: “¿Ya cuántos días nos faltan? Once días, siete mañaneras, le responde Jesús Ramírez Cuevas. “Once días, siete mañaneras, ya”, se repite a sí mismo. Hoy toma control de la cuenta regresiva con lo que sigue. Diez, nueve, ocho, siete, seis…