Una de las actividades que más se ha tenido que adaptar a esta nueva normalidad es sin duda el entorno laboral.
El trabajo como lo conocíamos ha cambiado y vale la pena preguntarse si estamos a la altura de los retos que representa este cambio.
Antes de que la pandemia llegara, una de las principales preocupaciones de las empresas radicaba en mejorar la experiencia laboral de los empleados.
El tiempo que una persona pasaba dedicado a su trabajo era una queja constante y es que no solo es el tiempo de jornada laboral, los tiempos de traslado también cuentan y en ciudades muy grandes se incrementan hasta en dos horas más de inversión.
Pero llego la pandemia y todo mundo se fue a su casa, las empresas reaccionaron, algunas más que otras, y poco a poco las actividades laborales fueron trasladadas a los hogares.
Al principio la productividad se vio afectada, pero conforme el tiempo pasaba y nos fuimos adaptando a esta actividad, la productividad creció.
Las empresas comenzaron a darse cuenta que algunas de las actividades podían trasladarse permanentemente al hogar y de esta forma ahorrar algunos gastos y maximizar la ganancia.
Se desarrolló, un nuevo tipo de liderazgo, pero también un nuevo compromiso de parte de los empleados.
Se estima que, a nivel mundial, aproximadamente un 30% de los empleados ya no regresarán a las instalaciones de su empresa, sino que laborarán desde sus hogares.
Esto representará para esos empleados la oportunidad de administrar más su tiempo e invertirlo en su familia y alguna actividad lúdica o de aprendizaje.
El empleado se sentirá más valorado y el modo de trabajo se volverá un status a seguir.
Para la empresa los beneficios son mayores. Se requiere inversión en tecnología, pero se ahorrará en gastos de oficina y rentas de inmuebles. Pero el beneficio mayor, tal vez venga de la mano de la competitividad y el ahorro.
Los sueldos de los empleados que laboran desde el hogar será menor, la competencia por aspirar a un puesto de este tipo no estará limitada por la situación geográfica, se podrá atraer el talento de otras ciudades e incluso de otros países, sin las limitantes de permisos laborales o visas de trabajo.
Es muy pronto para ver la realidad laboral que nos espera, pero en un mundo tan competido y tan estresado laboralmente, el home office, presenta una enorme oportunidad para el empresario que desea obtener los mejores resultados con un menor costo.
Para el aspirante, representa la oportunidad intangible de poder aprovechar un recurso, en ocasiones más valioso que el dinero, el tiempo personal. Veremos con el tiempo a donde se inclina la balanza.