El presidente Andrés Manuel López Obrador recordó el jueves durante la conferencia matutina: “Antes de llegar al gobierno, el mismo día que tomé posesión en el Zócalo, di a conocer 100 compromisos básicos. Llevo hasta ahora 98, porque dos tengo pendientes, y llevo otro tanto de compromisos que no hice públicos y que estamos cumpliendo; hemos hecho más de lo que ofrecimos. Pero de esos 100, los dos que me faltaban, uno era, es que todavía no concluimos lo de esclarecer el asunto de Ayotzinapa y ya se está avanzando contra viento y marea. Bueno, acabamos de ver la actitud de un juez y otras actuaciones ¿no?, para que no se llegue a conocer la verdad”.
Esa lista presentada en el Zócalo hace cuatro años ha sido la guía y ha sido la medida de rendición de cuentas y cumplimiento que el mismo Presidente se ha puesto.
Para cumplir “el asunto Ayotzinapa”, el Presidente le dio el encargo —casi único— a Alejandro Encinas. Cuatro años después, cuando el trabajo de Encinas comienza a dar resultados, resulta que se encuentra con la guerra de parte de la Fiscalía General de la República.
Hoy sabemos que el arresto de Jesús Murillo Karam lo hizo la FGR, con el desaseo que todos vimos, desplazando a la Unidad Especializada en Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (Ueilca) formada dentro de la misma FGR para cumplir el compromiso.
Sabemos ahora también que, sin avisar ni consultar a la Ueilca, fue otra área de la fiscalía la que decidió pedir al juez que las había dictado, cancelar 21 órdenes de aprehensión y que formaban parte de las 83 otorgadas el 19 de agosto, a solicitud de la Unidad Especializada, por el juez segundo de procesos penales federales en el Estado de México, y en aquellos días presumidas por la FGR en un comunicado de prensa. Esa cancelación, como lo han publicado Proceso y El País este fin de semana, fue reclamada al juez, sin éxito, por el titular de la Ueilca, Omar Gómez Trejo. La fiscalía se ha negado a dar razones.
La fiscalía de Alejandro Gertz ha estado en los últimos años escándalo tras escándalo, abuso tras abuso, y en todas las ha librado. Esta es diferente.
Su bronca con la Unidad Especial y por lo tanto con Encinas toca directamente al Presidente y uno de sus compromisos, el más importante que, en sus cuentas, le falta por cumplir. Esa guerra sí tiene otras consecuencias.
@puigcarlos