De los casi 36 millones de votos obtenidos por Claudia Sheinbaum el pasado 2 de junio, Tamaulipas le aportó 1 millón 13 mil 715.
Esto sale a colación porque la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recién validó su triunfo.
El morenismo tamaulipeco y sus aliados rebasaron la meta del millón prometida, alcanzada en el recuento final, lo que representó el 62.3% del respaldo popular en las urnas.
Una cifra muy contundente frente al 26.2% de Xóchitl Gálvez, que se tradujo en 427 mil 228 votos en la entidad.
A Sheinbaum le dieron un cheque en blanco, 1 millón 11 mil 964 electores que residen en la geografía estatal y 1,751 tamaulipecos desde el extranjero.
Tuvo más votos que Andrés Manuel López Obrador hace seis años en Tamaulipas, convirtiéndose en la presidenta electa con mayor respaldo en la historia política de la entidad.
AMLO no llegó al millón en 2018 y tuvo 227 mil 505 votos menos que Claudia.
Uno de los resultados más significativos para Claudia Sheinbaum fue el del distrito 8 de Tampico, pues entre el otrora bastión panista y Madero, ella ganó casi dos a uno, con 157 mil 919 votos contra 80 mil 384 de Xóchitl.
En tan extraordinaria cifra, no se puede pasar por alto la influencia de Mónica Villarreal Anaya, quien llega también a la Presidencia Municipal con la votación más alta en la historia de Tampico: 82 mil 384.
Es tiempo de las mujeres y seguramente Claudia y Mónica serán grandes aliadas para que ahora sí se le haga justicia a la ciudad y el desarrollo llegue a través de un Tampico para todos.
Por cierto, el voto tamaulipeco para Sheinbaum pudo ser mucho mayor, porque el INE volvió a fallar con sus casillas especiales y miles de ciudadanos en tránsito, tanto de otros estados como de la misma entidad pero de otros distritos y municipios, no alcanzaron a votar porque las boletas se agotaron.
Nos tocó ver la frustración de quienes ya no pudieron emitir el sufragio pese a ser todavía temprano para el cierre de las casillas.
La indiferencia y frialdad del INE al decirle a la gente en la central camionera, que mantuviera la fila si quería, pero que ya no había boletas, lo que de algún modo generó la falsa expectativa de que se iban a traer más.