Así la cosa con el mega fraude del Infonavit, destapado esta semana y a donde Hidalgo le toco una embarrada; lo que se suponía era uno de los Institutos más confiables y que en el deber ser están para cuidar a los trabajadores, resulto una olla de hampones.
La red de corrupción descubierta toca a todos los niveles de esa dependencia y por el monto de lo robado es imposible no pensar que el director en turno estaba perfectamente enterado de lo que pasaba.
La corruptela consistía en otorgar múltiples créditos a una misma casa, créditos que el derechohabiente comenzaba a pagar, pero que al no llevar en realidad un control tan estricto de eso que pagaba, lo detectaban y desde adentro lo demandaban en otro lugar donde no estaba su vivienda; más o menos todos los delitos se cometieron con gente que llevaba no menos del 40% pagado para no levantar sospechas.
¿Para qué se hacía esto? para ganar la demanda y quedarse con la casa, la cual ya tenía otro crédito asignado y en donde el trabajador en turno seguía la misma suerte.
Cuentan que han encontrado casas que hasta 4 veces fueron asignadas con créditos en menos de un año generando ganancias del orden de más de 5 mil millones de pesos, una cantidad grotesca como el tamaño de la deshonestidad de toda una serie de funcionarios del Infonavit.
Octavio Romero actual mandamás de ese lugar ya culpó de manera directa a Alejandro Murat, ahora morenista pero que en esa época le respondía al PRI, este ni tardo ni perezoso ya salió a defenderse diciendo que todo eso es del saco de David Penchyna, hidalguense de abolengo político, muy cercano a Osorio Chong, que fue por igual director de Infonavit, y también priista en aquellos años.
David ya tiene cola que le pisen desde que AMLO lo exhibió por el sueldo que tenía como director y después el ex director de Pemex Emilio Lozoya lo acusó por presuntamente recibir sobornos con la reforma energética. Por lo anterior, seguro serán bienvenidos los ajustes al sistema de vivienda en nuestro país.