Vida y destino de un delirante

Ciudad de México /

México está brutalmente destruido por la perversidad de unos y la cobardía de otros. Es increíble que un reducido grupo de maleantes domine la vida de la República, arrase las instituciones, conculque los derechos humanos de la población, y que la inmensa mayoría de ciudadanos sólo reaccione con lamentaciones humillantes, inclinando la cerviz ante las insolencias de sus verdugos.

Cuando ganó la elección de 2018 López Obrador (más conocido como Tartufo) repetí en este y otros medios lo que yo venía diciendo sobre ese sujeto (por quien he sentido un profundo desprecio desde que lo conocí): reiteré que de llegar a la Presidencia dejaría de ser “un peligro para México” y que actuaría como un simple delincuente, altamente dañino para la nación.

Expongo sólo 10 de sus muchos atracos que son del dominio público y demuestran mi afirmación anterior:

1) Protestó cumplir y hacer cumplir la Constitución pero se dedicó a pisotearla, rugiendo: “no me salgan con el cuento de que la ley es la ley”.

2) Ofreció construir una “República amorosa” pero vomitó odio y profundizó la división entre los mexicanos.

3) Prometió que por el bien de todos serían primero los pobres. Los más ricos sí lograron acrecentar su riqueza y los recibió en su palacio amurallado, pero a los pobres les repartió mendrugos para mantenerlos pobres y hacerlos fieles votantes, mandando a cientos de miles de mexicanos a la pobreza extrema y sin los servicios fundamentales para una vida digna. Confesó cínicamente que eso de haber logrado “los mejores servicios de salud del mundo” sólo lo dijo “para hacer enojar a sus adversarios”.

4) A las cúpulas militares les dio: dinero a raudales, las más importantes obras públicas, dependencias de la administración federal y el mando de la seguridad pública.

5) Abrazó a los criminales, defendió sus derechos humanos y acrecentó su dominio sanguinario.

6) Protestó respetar al Legislativo y al Judicial, pero sometió al primero con su mayoría (artificialmente) calificada y difamó y aniquiló al segundo, inmiscuyéndose impúdicamente en sus resoluciones.

7) Con una elección de Estado coronó a su corcholata, imponiéndole una tarea legislativa que suprime la vida republicana y democrática.

8) Puso al mando de su secta a su hijo Andy con miras a 2030.

9) Se obligó a no aumentar la deuda pública, pero endeudó al país como ningún otro presidente en la historia de México y dejó a las nuevas generaciones una carga de más de 5 millones de millones de pesos.

10) Aseguró que de fracasar en su lucha contra la criminalidad fracasaría la cuarta transformación, y se largó a su rancho dejando a México más violento y ensangrentado.

Pues no obstante su chistorete de “no mentir, no robar y no traicionar” pasará a la historia como el impostor resentido que odió y dañó por donde pasó.

  • Diego Fernández de Cevallos
  • Abogado y político mexicano, miembro del Partido Acción Nacional, se ha desempeñado como diputado federal, senador de la República y candidato a la Presidencia de México en 1994. / Escribe todos los lunes su columna Sin rodeos
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