Rubén Rocha Moya tiene el potencial para ser el “Genaro García Luna” de Claudia Sheinbaum. Las acusaciones al gobernador de Sinaloa por nexos con el crimen organizado, su inexplicable viaje a Estados Unidos el mismo día del secuestro del Mayo Zambada, la ingobernabilidad en la que prevalece el estado inmerso en violencia desde hace más de un mes, no pueden ser obviados por la Presidenta.
Esta es una oportunidad para que defina quién es como mandataria y cómo es su gobierno; desmarcarse del estilo de su antecesor de justificar a todo morenista en problemas, y hacer valer la palabra de respetar la voluntad del pueblo, sobre todo ahora que organizaciones civiles de Sinaloa promueven un proceso para la revocación de mandato en contra del gobernador.
Desde la misma Federación, se reveló el montaje de la fiscalía estatal en torno al homicidio de Héctor Cuén, ex rector de la UAS; una primera sacudida a la administración morenista en Sinaloa, de la que solamente ha caído la fiscal que llevaba el caso, Sara Bruna Quiñonez; pero no puede ser la única.
El conflicto entre Mayitos y Chapitos empezó una espiral de violencia que no parece tener fin: más de 200 asesinados, 189 desaparecidos, al menos 183 vehículos robados y bloqueos diarios en diferentes puntos carreteros de la entidad. Noticias que comienzan a normalizarse desde fuera del estado, pero que mantienen en vigilia a los sinaloenses.
Sheinbaum tampoco puede ignorar que el nombre de Rocha Moya ha aparecido más de una vez relacionado con El Mayo Zambada. Primero en la carta que el mismo líder del cártel publicó tras su detención, en la que asegura que el día de su secuestro se reuniría con el mandatario sinaloense y Cuén, asesinado esa misma noche; después, en los volantes difundidos por toda la entidad en los que lo acusan de relacionarse con el crimen organizado.
Cuando García Luna, secretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón, fue sentenciado por narcotráfico en Estados Unidos, Sheinbaum dijo “esto no puede volver a ocurrir”. Ahora tiene el caso en sus manos. Un respaldo a ciegas a Rocha Moya, con tantas acusaciones a cuestas, puede representar un alto costo a su credibilidad cuando apenas va arrancando su sexenio.