Según analistas, 2012 fue el año del resurgimiento del disco LP o vinil.
¿Por qué se dio esto? Alice Cooper lo explicó en su momento: “esta generación ya se cansó de comprar aire (refiriéndose a los archivos iTunes, a raíz de una desaparición masiva de los mismos)”.
Mientras la Generación X se felicitó por la llegada del Compact Disc a fines de los años 80, los Millenials están descubriendo lo que antes hizo gozar a los Baby Boomers.
El disco LP cobra cada vez más presencia en los grandes almacenes, si bien no es un artículo económico; puesto que la mayor parte de la producción es importada, los álbumes cuestan de 500 pesos en adelante, y de 200 pesos si es un disco 45 rpm.
El primer problema al que se enfrenta quien adquiere los LP es hallar un tornamesa óptimo; por desgracia, los estéreos Fisher, cuya calidad de sonido era similar a la de un CD, ya desaparecieron o se tienen como piezas de museo, sin facilidad de encontrar las puntas o agujas.
En Japón apareció hace un par de años un reproductor de láser para LP, cuyo precio no es económico, y no se ve que llegue pronto al Continente Americano; los tornamesas profesionales cuestan no menos de 15 mil pesos.
Por otro lado, el cassette tiene un regreso más prometedor, a raíz de que una compañía lituana ha capitalizado las ventas que aumentan en Estados Unidos del formato, con un gadget en forma de pinza que los reproduce con el característico hiss.
En 2016, las ventas de cassettes en la Unión Americana subieron 74 por ciento, con lo que se comprueba que el formato vintage está más vivo que nunca en la presente generación.
Mientras tanto, los X lloramos la casi desaparición del CD…