Que a más de 100 días de gobierno en Guadalajara, el ayuntamiento está que arde. Y no es para menos. El jueves, la alcaldesa Verónica Delgadillo propuso un cambio de facultades que ha sacudido los cimientos del poder local: quitarle el área de Inspección y Vigilancia al secretario de Gobierno, Manuel Romo, para entregársela a Bernardo Fernández, el jefe de Gabinete. La pregunta que todos se hacen en los pasillos es: ¿están castigando a Manuel o premiando a Bernardo? Porque, seamos claros, todo el mundo sabe que el manejo de esa área es más que jugoso. En los bajos fondos de la política, incluso se bromea con la frase: “A mí pónganme donde hay”, y todos en la grilla saben exactamente a lo que se refieren. ¿Será que Romo ha caído en desgracia? ¿O acaso Fernández está siendo preparado para algo más grande? Lo cierto es que este movimiento ha encendido las alarmas y ha dejado a más de uno especulando sobre los verdaderos motivos detrás de esta decisión.
Que el reloj marcaba las últimas horas antes de que venciera el plazo, y el IEPC recibió un torrente de solicitudes de asociaciones que buscan convertirse en partidos políticos locales. ¿Coincidencia o estrategia? El momento no podría ser más sospechoso. Entre los aspirantes están: Resurgimiento de Transformación con Gente Nueva, que pretende llamarse Resurgimiento de Transformación; Alianza por la Vivienda Asequible A.C, que busca convertirse en La Mayoría; Centro Iberoamericano de Políticas Públicas Sociales y Educativas A.C., que quiere nombrarse Partido Prosperidad Económica; Efecto Joven A.C. que aspira a ser Crece Jalisco; Movimiento Laborista Jalisco A.C. que simplemente se llamaría Movimiento Laborista Jalisco; Todas y Todos Podemos A.C, que quiere transformarse en Podemos Jalisco; Participa Verde A.C, que busca ser Vamos Todos; Construsai A.C., que pretende convertirse en el Partido Humanista; Podemos x Jalisco A.C., que quiere adoptar el nombre VIDA; Social Integradora Mano con Mano A.C., que busca llamarse Social Integradora Ciudadana; Unión Patriotas de Jalisco, que simplemente se quedará con Patriotas. Pero aquí no termina la cosa. La gran pregunta que flota en el aire es: ¿Cuántos de estos grupos pasarán la prueba y lograrán vivir del presupuesto? Porque, seamos honestos, no todos los que llegan al final del camino logran cruzar la meta.