Que trabajadores del Ayuntamiento de Francisco I. Madero, adheridos al sindicato, se manifestaron porque supuestamente no les habían pagado el aguinaldo completo, lo que ocasionó que los empleados decidieran dejar los escritorios y se abalanzaran a las calles a exigir el pago de este derecho.
Que ante la situación, el alcalde con licencia, el doctor Jonathan Ávalos se apareció a atender el tema, pero ¿Qué no solicitó permiso para ausentarse de sus funciones? En calidad de qué declara sobre un tema que podría ver la alcaldesa interina, Darinka Guerra, quien por cierto salió y fijó su postura, “todo está bien” y ofreció, a los que estaban inconformes, diálogo abierto y sin confrontación.
Que contrario a Darinka, Jonathan Ávalos (que no se sabe otra) dijo que todo se trataba de un tema político. Como siempre, el alcalde que nadie sabe por qué pidió licencia y lo único que se limita a decir (como todos ellos) es que tiene un encargo “especial” que le encomendó la mismísima Presidenta Claudia Sheinbaum, aseguró que “fuerzas políticas opositoras” habían organizado a los manifestantes que fueron manipulados por sus enemigos, pero cuando despidió a los policías también arguyó el mismo discurso.
Que en el Ayuntamiento de Torreón, todos están con el “Jesús en la boca” ante el cierre de la actual administración y a pesar de que se trata del mismo jefe, el alcalde Román Alberto Cepeda tuvo tres años para evaluar quién sí, quién no y quién nunca. Dicen que algunos ya están guardando sus “chivas”, tal es el caso de Erika Sotomayor, la Directora de Atención Ciudadana, porque a pesar de que se trata de una funcionara eficiente, probablemente no sea requerida a participar en la renovada empresa, al parecer habría una ruptura entre las partes.
Que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación echó atrás el resolutivo del Tribunal Estatal y dejó inhabilitada la sustitución de la regidora Xóchitl “N”, por lo que ordenó su reinstalación, a seis días de que acabe el periodo de gobierno del Alcalde Román Cepeda, la aguerrida edil quiere cobrar, aunque sea, la última semana del año y aferrarse al muy poco capital político que le queda a su familia.
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